Un destino de buceo

La isla de Menorca es muy popular entre los submarinistas, y encontrará centros de buceo a lo largo de toda la costa. Declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1993, la isla es la más septentrional del archipiélago balear. Expuesta a los rigores del tiempo, ha sido moldeada por los elementos. El resultado es una orografía submarina muy particular (cuevas, cavidades, laberintos...) que también forma un cementerio marino que alberga cientos de embarcaciones de todas las épocas. Innumerables tesoros arqueológicos para los buceadores: ánforas, cañones, anclas... Un fondo marino excepcional que combina arrecifes rocosos, desniveles verticales y praderas de posidonia. Grandes inmersiones en perspectiva, especialmente en la zona de Platges de Fornells y en la reserva marina.

Deportes acuáticos para todos los gustos

Menorca es un paraíso para los amantes de los deportes náuticos. Tanto si busca un subidón de adrenalina como un tranquilo paseo por las aguas cristalinas del archipiélago, hay mucho que hacer: vela, esquí acuático, wakeboard, jet-ski, kayak (es posible circunnavegar la isla en 8 etapas / 7 noches), paddle-board, parasailing, etc. Para los aficionados a la vela, existen numerosas posibilidades de cruceros, con o sin patrón, por los 220 km de costa de la isla. Un terreno de juego excepcional Prácticamente todas las escuelas y centros náuticos ofrecen cursos de iniciación (individuales o para grupos), alquiler, excursiones guiadas e incluso paquetes semanales para sus numerosas actividades.

La equitación, una tradición ancestral

A pesar del impacto del turismo, Menorca cuenta con numerosos lugares que han permanecido intactos al paso del tiempo, desde soberbios paisajes hasta pueblos con encanto. El esplendor de estos parajes naturales se puede descubrir a caballo. La tradición ecuestre es muy arraigada en las Islas Baleares, por lo que no dude en incluir en su programa de vacaciones una excursión a caballo adaptada a su nivel. Esta tradición es especialmente fuerte en Menorca, donde existe una raza de caballo menorquín y donde los caballos son los protagonistas de las grandes fiestas populares. Es el caso no sólo de la famosa fiesta de Sant Joan, sino también de las fiestas de los pueblos, con sus numerosos jaleos, desfiles de caballos en medio de la multitud. En la isla hay numerosas escuelas de equitación, y es imprescindible participar en el famoso Camí de Cavalls, que recorre el litoral menorquín.

Disfrutar del interior

Senderismo. La suave temporada baja es ideal para practicar senderismo y descubrir los magníficos paisajes de la isla. Puede hacerlo recorriendo el Camí de Cavalls, el famoso GR223, que tiene 20 tramos con un total de 186 km, de entre 5 y 14 kilómetros cada uno. Es la forma perfecta de entrar en contacto con la naturaleza virgen de Menorca. Los senderistas también pueden sacar los prismáticos para observar las aves del Parque Natural de S'Albufera.

Bicicleta de montaña - Ciclismo. Los magníficos senderos de la isla se pueden explorar en en bicicleta o en BTT.

Muchos aficionados al ciclismo aprovechan el tiempo primaveral y otoñal para aventurarse por toda la isla. Menorca es consciente del atractivo de este deporte y pone a disposición de sus visitantes una flota de bicicletas durante todo el año, pudiendo recorrer la isla de punta a punta por carriles bici y, por supuesto, por el ineludible Camí de Cavalls.

El golf. Las condiciones geográficas y climáticas naturales de Menorca la han convertido rápidamente en un lugar ideal para los golfistas, que pueden practicar sus putts en el Golf Son Parc, de 18 hoyos.