Un país predominantemente cristiano

Los cristianos siguen siendo mayoría en el país (alrededor del 70% de la población). Aunque fueron los misioneros protestantes los primeros en establecerse en Camerún (en 1845, el pastor inglés Alfred Saker se instaló en Douala, mientras que los primeros representantes de la Iglesia católica no llegaron hasta 1890), la distribución de los cristianos en la actualidad es la siguiente: 38% de católicos y 26% de protestantes. Las iglesias pentecostales y las llamadas "despiertas" crecen en tamaño y número. Procedentes de los países anglófonos vecinos, estos movimientos hacen hincapié en la práctica de una fe más "viva" y desempeñan un papel social en las comunidades a través de diversas acciones, como la ayuda financiera o la asistencia en la búsqueda de empleo, sustituyendo a veces a un Estado que tiene dificultades para cumplir sus misiones sociales.

El Islam en Camerún

El islam fue introducido en Camerún en 1715 por los primeros musulmanes del reino de Kanem-Bornou, que se extendía por gran parte del actual Chad. Los musulmanes de Camerún representan alrededor del 20% de la población, la mayoría de los cuales vive en las regiones de Adamaoua, el Norte y el Extremo Norte, así como en el Oeste con el pueblo Bamoun. Las comunidades musulmanas de Camerún han heredado toda la cultura ancestral de los Lamibé, los jefes musulmanes de la región de Adamaoua, y la de los sultanes del norte del país. Esta herencia religiosa y cultural sigue muy viva y contribuye a la diversidad de Camerún. Por eso, viajar por un país musulmán implica adoptar los códigos adecuados.

Animismo y creencias ancestrales

Las numerosas creencias locales, y en primer lugar el animismo, siguen atrayendo a casi el 6% de la población, aunque cada vez más animistas se convierten al cristianismo o al islam. Las creencias locales, sea cual sea la religión, siguen muy vivas. Ancladas en las construcciones étnicas de los pueblos de Camerún, las creencias animistas están estrechamente ligadas a las tribus y a sus respectivas culturas. Por eso varían de una región a otra, de una etnia a otra, añadiendo una forma más de diversidad y complejidad a la población local. Más o menos aceptado y más o menos practicado, el animismo sigue teniendo una influencia muy fuerte en las mentalidades y las relaciones humanas, y las codifica en función del grupo étnico y de las creencias implicadas.

Estas creencias complican un poco la relación con la ciencia y la medicina, y muchas enfermedades se siguen atribuyendo con demasiada frecuencia al marabú y a prácticas místicas. Algunos lo ven como superstición, otros como clarividencia, pero una cosa es cierta: las creencias animistas siguen siendo patrimonio de las creencias y costumbres ancestrales de Camerún, y tanto si se suscriben como si no, expresarse con respeto y discreción sobre este aspecto de la cultura camerunesa es el ABC de los viajeros corteses.