En el país del oro azul y verde: recursos naturales abundantes pero amenazados
Paraguay está atravesado por grandes cuencas hidrográficas que proporcionan abundantes recursos hídricos. El acuífero Guaraní es una de las mayores reservas de agua dulce subterránea del mundo. Con una superficie de más de 1,2 millones de km², contiene un volumen de agua de unos 55.000 km3. El problema es que esta reserva se extiende a caballo entre cuatro países -Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay- que no son capaces de gestionar el recurso de forma conjunta, a pesar de haber firmado un acuerdo en 2010. El objetivo era poner en marcha una gestión responsable y sistémica del acuífero, para protegerlo de cualquier contaminación que pudiera producirse aguas arriba, y evitar así la contaminación del medio ambiente aguas abajo (mercurio de las minas bolivianas, arrastrado por el río Pilcomayo, o glifosato brasileño de la agricultura, arrastrado por el río Paraguay). Los sucesivos gobiernos de los distintos países no parecen prestar mucha atención a este acuerdo. También se está sobreexplotando el agua de las cuencas fluviales. El agua de la cuenca del Plata se destina principalmente al cultivo de maíz, soja y trigo, pero también a la producción de energía. La central hidroeléctrica de Itaipú, puesta en marcha en 1984 en la frontera entre Paraguay y Brasil, produce la mayor cantidad acumulada de energía del mundo. Su construcción y funcionamiento tuvieron un coste social y medioambiental muy elevado: desplazamiento de poblaciones, inundación de bosques y tierras de cultivo, sumersión de los Siete Saltos (o Saltos del Guairá, ¡mucho más potentes que las cataratas de Iguazú!), etc. El Pantanal es el mayor humedal del planeta. Esta vasta llanura aluvial, situada en gran parte en Brasil, pero también en Bolivia y Paraguay, alberga la mayor diversidad de plantas acuáticas del mundo y la mayor densidad de animales salvajes de Sudamérica. La parte paraguaya de este espacio natural está amenazada por el proyecto Hidrovía Paraguay-Paraná, que pretende facilitar la navegación y dar una salida marítima a Bolivia y Paraguay.
Amenazas para los bosques y la biodiversidad
La selva, el otro recurso del país, se vende a los grandes agricultores, principalmente para el pastoreo de ganado y el cultivo de soja - OMG y tratada con pesticidas. Estos cultivos se utilizan para alimentar al ganado in situ... pero también en Europa. Los árboles son sumideros de carbono, y la biodiversidad -incluidas muchas especies endémicas- está desapareciendo, a menudo irremediablemente. Los pueblos indígenas que han vivido durante miles de años en armonía en estos entornos también están siendo expulsados. La situación es especialmente dramática en la región del Chaco, que durante mucho tiempo se había salvado. En términos más generales, los espacios y recursos naturales del país están amenazados, principalmente por las opciones de desarrollo que se están tomando en todas las cuencas hidrográficas de la región: agricultura y ganadería intensivas, hidroelectricidad y minería, que conducen a la deforestación, la erosión del suelo, la contaminación por pesticidas y metales pesados y la caza furtiva. Paradójicamente, en un país rico en recursos pero sin una gestión adecuada, casi una cuarta parte de la población no tiene acceso al agua potable. Según la ONG Survival International, en 2014 el Ministerio de Medio Ambiente concedió licencias a una empresa ganadera brasileña para explotar la selva, hogar ancestral del pueblo ayoreo, sin respetar ni a las poblaciones indígenas ni la clasificación de la zona como reserva de la biosfera de la UNESCO. En septiembre de 2024, más de 84.000 hectáreas fueron arrasadas por el fuego, con grandes nubes de humo tóxico que afectaron a gran parte del país y a sus vecinos. El fuego afectó al Cerrado, al Pantanal y al Chaco paraguayo, afectando a zonas protegidas como el parque nacional de Río Negro, la reserva de Tres Gigantes y parte del monumento Cerro Chovoreca.
Parques nacionales y áreas protegidas
El país cuenta aún con varios santuarios de la biodiversidad. Los parques nacionales harán las delicias de los amantes de la naturaleza y la vida al aire libre, más bien aventureros, ya que estas zonas ofrecen poca o ninguna infraestructura turística y están situadas en zonas bastante remotas. En el Chaco existen varios parques nacionales que protegen los entornos y especies característicos de la región.
ElParque Nacional Teniente Agripino Enciso, creado en 1980, alberga pumas y tapires en sus bosques espinosos, así como variedades de cactus y bromelias.
ElParque Nacional Defensores del Chaco, creado en 1975, es el mayor en superficie. Conserva la biodiversidad de sus bosques secos, cactus, jaguares, pumas, tapires y armadillos.
ElParque Nacional de Tinfunqué, creado en 1966, alberga aves migratorias, patos silvestres, cigüeñas y perezosos en sus humedales catalogados por RAMSAR.
El Parque Nacional de Río Negro, también sitio RAMSAR, protege parte del Pantanal y sus ecosistemas: marismas y bosques con una gran diversidad de flora y fauna.
En la parte oriental del país, más poblada y más frecuentada por los turistas, hay varios parques nacionales que visitar, algunos de ellos más accesibles y a menudo más populares. Entre ellos destacan
El Parque Nacional de Cerro Cora, en el noroeste del país, en la frontera con Brasil. El lugar fue también escenario de una batalla que puso fin a la Guerra de la Triple Alianza en 1870.
ElParque Nacional de Ybycui, a sólo dos horas y media en coche de Asunción, ofrece al visitante la posibilidad de descubrir ecosistemas de selva subtropical y magníficas cascadas.
La reserva de San Rafael, poco visitada, alberga una biodiversidad excepcional. También forma parte del territorio de los mbyá guaraníes.
Los viajeros menos aventureros también pueden descubrir reservas privadas, que ofrecen a la vez una mejor reglamentación medioambiental y mejores instalaciones de acogida. Entre ellas, la reserva de la biosfera de Mbaracayú, gestionada por la Fundación Moisés Bertoni, y las reservas ecológicas de Itaipú.