Un país católico
Más del 88% de la población paraguaya se identifica como católica, ¡todo un récord en América Latina! Los paraguayos de todas las generaciones son fervientes creyentes. Las iglesias suelen estar llenas y la gente acude en masa a las grandes peregrinaciones, en particular la del 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, para rendir homenaje a la Virgen de los Milagros de Caacupé. En cuanto a los debates sociales, las actitudes siguen siendo muy contrarias al matrimonio entre personas del mismo sexo y a la despenalización del aborto. Ocho de cada diez personas se opusieron en 2025.
Una visita histórica
Uno de los acontecimientos más significativos de los últimos años fue la visita del Papa Francisco del 10 al 13 de julio de 2015. Miembro de la orden de los jesuitas, era muy esperado en un país de fuerte mayoría católica y con una historia marcada por las misiones. Decenas de miles de personas se alinearon en la carretera del aeropuerto para dar la bienvenida al pontífice. El Pontífice les saludó desde el mismo Peugeot que había transportado a Juan Pablo II 27 años antes. Al día siguiente, más de un millón de fieles se reunieron frente a la Basílica de Ca acupé para la misa en honor de la Virgen de Caacupé. El Papa Francisco tiene una relación especial con Paraguay. Cuando era arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio pasó mucho tiempo en las villas con inmigrantes paraguayos. Tras condenar la guerra de la Triple Alianza, el Papa rindió un vibrante homenaje a las mujeres paraguayas: "¡Que Dios bendiga a la mujer paraguaya, la más gloriosa de América! [...] Vosotras, mujeres y madres paraguayas que, con gran coraje y abnegación, supisteis levantar un país destruido, desmoronado y abrumado por la guerra. Vosotras tenéis la memoria, la herencia genética de quienes reconstruyeron la vida, la fe y la dignidad de vuestro pueblo" Durante su visita, el Papa Francisco también se reunió con un representante de la causa LGBTI. "La diversidad es necesaria. La riqueza de la vida es la diversidad. El bien común se vive celebrando las diferencias", declaró. El ya famoso "¿Quien soy yo para juzgarlos?" fue incluso exhibido por la organización Somos Gay en las vallas publicitarias de la carretera de Caacupé.
Otras religiones
Los evangélicos (pentecostales, mormones, adventistas, etc.) son cada vez más importantes y representan ya más del 6% de la población. Entre los evangélicos figuran los menonitas, más o menos tradicionalistas. El judaísmo, el islam y el budismo también están presentes en las ciudades más cosmopolitas, como Asunción, Encarnación y Ciudad del Este. Los indígenas tienen sus propias creencias, a menudo mezcladas con preceptos religiosos traídos por iglesias de todo tipo que intentan convertirlos. Las comunidades indígenas del Chaco, en particular, están muy solicitadas y cambian de denominación con bastante facilidad... Por último, en Paraguay hay muchas sectas, como los Testigos de Jehová y la Iglesia de la Unificación, más conocida como la secta Moon. A finales de los años 90, la secta coreana compró más de 590.000 hectáreas de tierra en el Chaco, en Puerto Casado, a orillas del río Paraguay, tierra rica en agua dulce cerca de la frontera con Brasil. Sigue siendo el mayor terrateniente del país
Mitos y leyendas
La cultura paraguaya está llena de leyendas y personajes mitológicos, la mayoría extraídos de la cosmogonía guaraní. Se encuentran en las tertulias, en las veladas junto al fuego, o a través de la pintura, la escultura o la literatura. Las creencias se transmiten oralmente, por lo que pueden variar mucho de una región a otra. Una de las creencias más arraigadas en la cultura popular es la de Plata Yvyvy ("dinero enterrado"). Se dice que ver chispas en un campo, o ver un perro blanco (¡sin cabeza!) aparecer y desaparecer en un instante en el jardín de uno, ¡es señal de la presencia de un tesoro! Esta leyenda tiene su origen en las riquezas de la Iglesia que fueron enterradas por los paraguayos durante la Guerra de la Triple Alianza, para no entregarlas a los invasores. Se dice que las fortunas están escondidas bajo el suelo paraguayo..
El ñanduti, "tela de araña" en guaraní, ha dado lugar a innumerables leyendas. Una de ellas es la de una joven cuyo amante no apareció el día de su boda. Va a buscarlo y lo descubre muerto bajo un árbol. Lo veló toda la noche. Por la mañana temprano, descubre el cuerpo de su prometido bajo un manto cubierto de rocío. Estaba cubierto de una delicada tela de araña. Decidió reproducir el trabajo de la araña, utilizando aguja e hilo, para confeccionar un sudario de encaje. Una leyenda más feliz es la del joven guerrero Ñandu ("Araña"), que se enamora de la hija del cacique, a su vez enamorada de Ñandu. El cacique decide casar a su hija a la mañana siguiente, prometiéndola al hombre que traiga el regalo más hermoso. Todos los pretendientes salen a cazar, pero Ñandu no puede dejar a su anciana madre, que lleva días con fiebre. Llega la tarde, y Ñandu ya puede oír los tambores que anuncian las primeras ofrendas: un loro, un armadillo gigante, una piel de jaguar... Desesperada, Ñandu se sube a lo alto de un alto árbol y se echa a llorar. Al caer la noche, su madre se despierta y va en busca de su hijo, preocupada porque sabe que el muchacho está enamorado. Desde el pie del árbol, divisa al joven, cubierto de una gran tela de araña, brillando a la luz de la luna. Regresa a casa y decide imitar a la araña, tejiendo durante toda la noche un magnífico encaje con sus propios cabellos blancos. A la mañana siguiente, Ñandu encontró a su madre dormida bajo el encaje. Se dio cuenta de que era para ella y se lo llevó al cacique. El cacique, asombrado por tan delicada obra, procedió a casar a los amantes.