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En los bancos de la escuela

Hoy, el 99,6% de los eslovacos mayores de 15 años saben leer y escribir correctamente. La escolarización de los niños es gratuita y obligatoria. En Eslovaquia, los alumnos asisten a la escuela primaria entre los 6 y los 16 años, y luego pasan a la escuela secundaria. Hay varios tipos de escuela secundaria. Los Gymnazium (institutos de gramática) preparan a los alumnos para la universidad en cuatro años. Ya pueden empezar a especializarse en determinados campos, como arte, ciencias o informática. A los 19 años se presentan al bachillerato o maturitat. En clase, cada lección dura cuarenta y cinco minutos, no una hora. La pausa para comer es corta (unos treinta minutos) y la jornada escolar termina hacia las dos de la tarde. El ambiente general en estas escuelas es mucho más tranquilo que en Francia. Los alumnos están más "libres" y relajados, y pueden escuchar música o la radio durante los recreos, por ejemplo, ya que las escuelas están equipadas con altavoces en casi todos los pasillos. Cuando llegan por la mañana, van a sus taquillas para quitarse los zapatos y ponerse zapatillas, sobre todo en invierno. Las escuelas de formación profesional combinan el aprendizaje de un oficio con el estudio de materias generales. Como en Francia, la formación se divide entre periodos pasados en empresas y en escuelas. La lengua de enseñanza es el eslovaco, pero los grupos minoritarios tienen derecho a estudiar en su propia lengua. Dos lenguas extranjeras son obligatorias. Por orden de preferencia, los alumnos eligen inglés, alemán, francés, italiano y español. Los niños de grupos minoritarios que estudian en su propia lengua están obligados a aprender eslovaco como lengua extranjera. Por último, 80.000 estudiantes acuden a las veinte universidades del país. El acceso a la enseñanza superior se basa en un proceso de selección que incluye un examen de ingreso. Las universidades eslovacas son reputadas en ciencias, industria maderera y medio ambiente. Eslovaquia ha progresado en el campo de la educación, y la tasa de alfabetización también ha aumentado.

Liberalización del sistema sanitario

La caída del comunismo fue seguida de una reforma radical del sistema sanitario, que ahora está completamente liberalizado. Tres de las cinco cajas de enfermedad son privadas y dos son sociedades anónimas participadas al 100% por el Estado. Desdeel 1 de junio de 2003, una reforma gubernamental ha puesto fin a la asistencia sanitaria gratuita, a pesar de estar consagrada en la Constitución. Esta medida fue aprobada por la Unión Europea, que la ve como una forma de reducir la corrupción: desde la época comunista, los eslovacos habían adquirido la costumbre de dar sobres y regalos a los médicos para "agradecérselo" (esta práctica sigue existiendo al margen). Sin embargo, una nueva reforma de septiembre de 2004 liberalizó aún más el sector sanitario, y los hospitales se convirtieron en sociedades anónimas. El objetivo de estas medidas es restablecer el equilibrio financiero del sistema sanitario, muy deficitario. Hay que subrayar que todo el personal sanitario está pagado por el Estado, un sistema heredado del comunismo, y los salarios apenas equivalen ahora al salario mínimo eslovaco. Actualmente, la ley sobre el seguro de enfermedad estipula que deben cotizar los trabajadores por cuenta ajena, los autónomos, los empresarios y el Estado. El seguro de enfermedad cubre la mayor parte de los gastos de atención médica. Sin embargo, algunos medicamentos y procedimientos médicos no están cubiertos y el paciente debe pagarlos íntegramente. Los tratamientos dentales sólo están cubiertos parcialmente. Eslovaquia tiene un sistema sanitario que mejora: la mortalidad infantil se ha reducido a la mitad desde 1985, hasta 5,23 muertes por cada 1.000 nacimientos, por debajo de la media europea. La esperanza de vida es ahora de 77,3 años. Sin embargo, el nuevo estilo de vida occidental tiene sus inconvenientes: el consumo de drogas y medicamentos ha aumentado considerablemente.

El envejecimiento de la población y las bajas pensiones

Como en el resto de Europa, la población envejece. Los jóvenes de 0 a 15 años sólo representan el 15,5% de la población, la población activa de 15 a 64 años representa el 69,5% de la población, y la proporción de personas mayores (de más de 65 años) aumenta cada año y representa el 15% de la población. La edad media de la mujer eslovaca es ahora de 41,9 años, frente a 35,5 en 1993, y de 38,7 años para los hombres, frente a 32,5 en 1993. La esperanza de vida está aumentando, con una media de 77,3 años (73,7 para los hombres y 81,1 para las mujeres). Eslovaquia, como otros países europeos, se enfrenta por tanto al envejecimiento de la población, a problemas de salud y a la necesidad de prever la vejez. A este problema fundamental se añade la incapacidad de Eslovaquia para garantizar el aumento de las pensiones. En la actualidad, hay 1.382.464 pensionistas para una población de 5.435.343 habitantes. Desde 2017, la edad de jubilación es de 62 años y 76 días. La pensión media de jubilación es de 467 euros brutos para un hombre y 372 euros brutos para una mujer. La pobreza pasa factura a las personas mayores, que a veces se ven obligadas a seguir buscando trabajos esporádicos para llegar a fin de mes. Desde 2005, una nueva ley obliga a todos los asalariados a cotizar el 9% de su salario bruto a fondos de pensiones privados para constituir una pensión complementaria a la que gestiona y paga el Estado. Eslovaquia ha optado, pues, por un doble sistema de reparto y capitalización.

Matrimonio, pero no para todos

El modelo familiar eslovaco es el de una unidad familiar monógama, casada por la iglesia. La religión en Eslovaquia se considera un componente de la sociedad por derecho propio, y la fuerza del matrimonio y la familia conserva todo su significado a pesar de que la gente se casa más tarde y el número de matrimonios disminuye. En efecto, la edad media para contraer matrimonio (23,1 años en 1993) es ahora de 30,1 años y el número de nacimientos fuera del matrimonio (1 de cada 10 en 1993) es ahora de 4 de cada 10. Como en todas partes, muchas parejas viven fuera del matrimonio. Como en todas partes, muchas parejas viven fuera del matrimonio, razón por la cual el número de matrimonios cayó un 2% entre 1993 y 2016.

La homosexualidad es legal en Eslovaquia desde 1961, pero persisten los reflejos homófobos, en parte debido a la fuerte influencia católica del país. Desde 1990 existen movimientos de defensa de los derechos de los homosexuales, pero les resulta difícil defender a una comunidad en la que el 52% de sus miembros declararon haber sido víctimas de acoso o discriminación en el último año. El matrimonio para todos está aún muy lejos.

Una de las tasas de fertilidad más bajas del mundo

Las familias están tradicionalmente muy unidas y se ven con regularidad, ya sea en celebraciones familiares o simplemente de visita. Hay pocos nacimientos, los niños se educan en el respeto a los mayores y el diálogo intergeneracional es importante. Eslovaquia sigue la misma trayectoria que los países occidentales. Su población está estancada, como la de sus vecinos europeos. La tasa de crecimiento demográfico es del 0,14% y la tasa de fecundidad, de 1,41 hijos por mujer, es una de las más bajas del mundo. A título informativo, se calcula que se necesita una tasa de 2,1 nacimientos por mujer para alcanzar el nivel de renovación demográfica de los países desarrollados. Hay muy pocos nacimientos, 10,69 por cada 1.000 habitantes, ¡una cifra más o menos idéntica a la de 1918, al final de la Primera Guerra Mundial!

Desde la independencia, los datos demográficos muestran que Eslovaquia ha tendido a seguir el modelo occidental, con nacimientos tardíos. La edad media del primer embarazo pasó de 22,5 años en 1993 a 27,8 en 2016. Los nombres de pila eslovacos son muy parecidos, si no idénticos, a los checos o polacos. Algunos nombres muy comunes: Peter, Jan, Martin, Adam, Štefan, Marek, Tomaš para los chicos, y Mária, Anna, Zuzana, Katarína, Eva, Jana, Karolina para las chicas. Los eslovacos suelen utilizar diminutivos que a veces son más largos, por ejemplo: Jana (Janka), Simona (Sissa), Katarina (Katka), Peter (Pet'o), Radoslav (Rado).

¿Qué pasa con las mujeres en esta sociedad?

A pesar de los avances logrados durante la era comunista, que abogaba por la igualdad entre sexos, las mujeres eslovacas suelen llevar una vida mucho más dura que los hombres. Multiplican sus papeles: como madres, responsables de las tareas domésticas y, a menudo, empleadas a tiempo completo. También están rezagadas en cuanto a ocupar puestos de responsabilidad y en términos salariales. El salario medio bruto de una mujer ronda los 917 euros, frente a los 1.167 de un hombre. Aunque dicen lamentar la carga de trabajo adicional a la que tienen que hacer frente y las desigualdades que sufren, parecen resignadas y todavía no se ha formado ningún movimiento feminista en Eslovaquia. Sin embargo, las mujeres parecen haberse adaptado mejor a la economía de mercado que los hombres: en Eslovaquia hay menos mujeres en paro que hombres, lo que seguramente se explica por el hecho de que, en general, están mejor cualificadas. En política, Iveta Radičova abrió el camino como primera ministra de 2009 a octubre de 2011, seguida de Zuzana Čaputová, elegida presidenta de la República Eslovaca en 2019. A nivel parlamentario, se plantea periódicamente una propuesta de cuota en las listas de candidatos a las elecciones (en las que las mujeres representen al menos un tercio de la lista), pero aún no ha fructificado.

Un pueblo orgulloso de sus montañas

Los eslovacos han estado expuestos a condiciones históricas especialmente duras, pero están lejos de mostrar signos de cansancio. Montagnards firmemente arraigados en su tierra natal, han capeado las tormentas políticas de Europa Central. A primera vista, los eslovacos pueden no parecer muy amistosos. La generación de más edad, que pasó la mayor parte de su vida bajo el régimen comunista, es a veces fría y reservada. La nueva generación, en cambio, ha adoptado una nueva cultura, y los jóvenes son más amistosos y abiertos. Muy patriotas en general, a los eslovacos les gusta hablar, mucho y sin reservas, sobre todo después de unas cervezas. Por desgracia, sin embargo, sigue siendo preferible evitar ciertos temas delicados, como los gitanos u otras minorías (homosexuales o húngaros). Modestos, tradicionales y patriotas, los eslovacos suelen estar encantados de conocer a los viajeros que han elegido su país como destino de vacaciones, y estarán muy dispuestos a ofrecer ayuda y consejos. Un pequeño cumplido sobre el país o la belleza de la naturaleza les causará el mayor placer.

Trabajo, bar, sueño

La vida en Eslovaquia está adaptada al ritmo del sol, y todo empieza y acaba antes que en Francia. En verano, el sol puede salir a las 4.50 de la mañana y ponerse antes de las 4 de la tarde en invierno No obstante, una jornada laboral en la oficina dura ocho horas, entre las 7.30 y las 16.00, con una pausa de media hora a la hora de comer. El ritmo de trabajo no es muy estresante y, a pesar de las reestructuraciones, algunas empresas eslovacas y el sector público en su conjunto se ven afectados por el sobreempleo. Los hábitos de no trabajar que se instauraron bajo el comunismo siguen vivos. Después del trabajo, el bar es un lugar para socializar e, independientemente de la clase social, los eslovacos se reúnen más fácilmente en estos lugares de convivencia que en casa. Los espacios públicos y privados están claramente diferenciados, y los vecinos no toleran el ruido después de las 10 de la noche, así que ¡cuidado si se va de fiesta!