La jungle du Belize, décor du film Monsters de Gareth Edwards © Cameris - Shutterstock.com .jpg

De los mitos mayas a la gran pantalla

No fue hasta 2012 cuando llegó a las pantallas la primera película rodada y producida íntegramente en Belice. En parte comedia, en parte thriller, 2012: La maldición de Xtabai revisita los mitos mayas con un resultado que puede no ser rompedor, pero no por ello deja de ser nítido. Y con razón: cuando se fuerza la apertura de una antigua bóveda maya sellada, se libera al demonio Xtabai, dispuesto a sembrar el caos en el mundo y destruir toda civilización. Comienza por infectar a los habitantes de un pueblo cercano con una terrible y mortal fiebre, al estilo zombi, lo que lleva al gobierno a acordonar la zona. Un equipo de estudiantes, acompañados por su profesor, deciden darlo todo y adentrarse en la jungla en busca de una cura... Un planteamiento digno de las mejores películas de terror de serie B, con una dirección eficaz del quebequés Matthiew Klinck. Lamentablemente, ésta iba a ser su última película. El cineasta fue asesinado frente a su casa en 2016, en circunstancias poco claras, mientras trabajaba como productor en la serie Mad Dogs, rodada en parte en Belice por Amazon Studios.

Junto a esta primera producción más bien comercial, otros cineastas locales se acercaban al cine de autor, a través de cortometrajes. León Lozano, beliceño nacido en Estados Unidos, decidió volver a sus raíces cuando murió su padre. Es un drama conmovedor de tono azulado que ha conquistado a los programadores de festivales. Con series en proyecto, dramas en producción y nuevos talentos emergentes, Belice pronto podrá dejar su impronta en el cine de Centroamérica y de todo el mundo. Una industria que sin duda se beneficiará de los mitos y leyendas de la región, así como de sus magníficos paisajes y su rica historia.

Brigitte Bardot, mosquitos y extraterrestres

Sin saberlo, podría estar siguiendo los pasos de la gran actriz francesa cuando pasee por las arenosas playas de Belice. Brigitte Bardot protagonizó junto a Lino Ventura Boulevard du Rhum, una joya olvidada del cine francés de los años setenta. Con el idílico telón de fondo del Caribe como telón de fondo, los dos actores interpretan a un traficante de ron y a una estrella de cine, respectivamente, durante los años de la Ley Seca. Era una película marcada por su tiempo, y ella misma trataba de aventuras épicas de una época pasada.

En 1986, Harrison Ford y Helen Mirren se adentraron en las selvas de Belice para rodar La costa de los mosquitos, un drama estadounidense de Peter Weir, en el que Allie Fox, un padre desilusionado con Estados Unidos, se llevaba a su mujer y a sus hijos a Honduras para empezar de nuevo, lejos de la civilización. Aunque la mayor parte de la película se rodó en Estados Unidos, la ciudad de Belice y Haulover Creek son reconocibles en varios momentos de la historia. Una elección más fácil para los cineastas, en un momento en que las relaciones entre Honduras y Estados Unidos dificultaban el rodaje. La Costa de los Mosquitos fue un fracaso comercial y de crítica en su estreno, pero afortunadamente no perjudicó ni a su director ni a su reparto. Peter Weir dirigiría unos años más tarde la legendaria La sociedad de los poetas muertos, mientras que Harrison Ford regresó a los papeles que le habían dado tanto éxito, sobre todo Indiana Jones y Han Solo. Según la estrella, La costa de los mosquitos fue una de sus mejores experiencias como actor.

A finales de la década de 2000, llegó a Belice un estilo de producción completamente diferente: las películas de monstruos. Siguiendo los pasos de las primeras producciones locales, varios rodajes de bajo presupuesto tuvieron lugar en el país. El estudio Asylum, especializado en parodiar las superproducciones de Hollywood, ha rodado varias de sus películas en Belice. 2012: Doomsday (2008), Mega Piranha (2009) e incluso Alien Origin (2012) y Jurassic Attack (2013) no ocultan sus principales fuentes de inspiración. Y para los aficionados al género, son pepitas que atesorar. Si, por el contrario, no tienes afinidad con la serie Z, sáltatela, o échale un vistazo intrigado, pero nada más.

Mucho más interesante es la ópera prima del británico Gareth Edwards, Monsters (2010). En este thriller de ciencia ficción, viajas por las selvas de Belice mientras dos individuos intentan cruzar una zona infectada por alienígenas, seis años después de una invasión que asoló la Tierra. En parte película de supervivencia, en parte indie de bajo presupuesto, Monsters juega con la atmósfera para crear un impresionante clima de tensión. La crítica reconoció este éxito, coronando al director con el prestigioso Premio Saturn a la mejor película de ciencia ficción del año en 2011. Desde entonces, Gareth Edwards ha seguido una carrera de gran éxito en Hollywood, dirigiendo Godzilla (2015) con Bryan Cranston y Elizabeth Olsen, y la impresionante Rogue One (2017), un spin-off de la saga Star Wars favorito de los fans.

Por último, los paisajes de Belice han atraído a cineastas de la gran y la pequeña pantalla. Varias temporadas de la sensual serie Temptation Island se han ambientado a la sombra de las palmeras, al igual que emocionantes episodios de la serie de aventuras The Amazing Race, ¡un concurso que ya va por su trigésimo cuarta temporada! Es suficiente para hacerle descubrir la belleza del país antes incluso de haber pisado su suelo, y para poner la aventura bajo su piel y las estrellas en sus ojos.

Vivir el cine en Belice

Al norte de Belice City, tendrá la oportunidad de descubrir uno de los cines más antiguos del país, el Princess Cinema de San Pedro. En funcionamiento desde hace más de cincuenta años, el cine le da la bienvenida en el interior del casino del mismo nombre. En 2010, se le unió el Teatro Paraíso, con su excéntrica y colorida arquitectura de inspiración Art Déco. Aquí podrá ver los últimos éxitos de taquilla estadounidenses e internacionales. Para los cinéfilos que busquen producciones locales o latinoamericanas, en noviembre se celebra el Festival Internacional de Cine de Belice, un acontecimiento anual que se divide entre Belmopán y San Ignacio, donde podrá satisfacer sus deseos cinematográficos.