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El bosque y las hachas

La deforestación hace estragos en Belice, como en casi todos los bosques tropicales del mundo. Mientras que en los años 80 la selva cubría el 75% del territorio, ahora sólo representa alrededor del 60%. La razón principal es la tala masiva de árboles para dar paso a la agricultura, sobre todo a los monocultivos de plátano y caña de azúcar. Se trata de un fenómeno extremadamente peligroso, dado que Belice está cubierto por uno de los raros bosques tropicales primarios, es decir, completamente salvajes, que nunca han sido tocados por el hombre. Estos bosques prístinos contrastan fuertemente con los bosques gestionados por el ser humano, que representan una biodiversidad muy reducida. Pero mientras que para talar los árboles de un bosque tropical bastan unos cuantos golpes de hacha, su recuperación tardará varios siglos. Por tanto, es esencial atajar el problema en su origen e impedir la tala masiva de los bosques de Belice. Esta es la lucha a la que se ha comprometido una coalición de ONG internacionales. Ha comprado casi 1.000 km2 de selva virgen en el este del país para salvarla de las motosierras. Además de proteger la rica biodiversidad de especies tropicales como jaguares, monos araña y monos aulladores, esto también ayuda a combatir el calentamiento global, ya que los bosques tropicales son importantes sumideros de carbono. El Gobierno también está tomando medidas, sobre todo aumentando el número de zonas protegidas. Pero la deforestación a menudo se lleva a cabo ilegalmente.

Un espectacular arrecife de coral

¿Quién iba a pensar que este pequeño país centroamericano tendría el tercer arrecife de coral más grande del mundo, después de Australia y Nueva Caledonia? Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, el arrecife de coral de Belice no tiene parangón por su riqueza: al menos 100 especies de coral, 500 especies de peces y 100 especies de invertebrados, aunque se calcula que la inmensa mayoría de la biodiversidad del arrecife aún está por descubrir. Como todos los arrecifes de coral del mundo, el de Belice está amenazado, sobre todo por el calentamiento de las aguas, que provoca el blanqueamiento del coral, pero también por el turismo y la pesca de arrastre.

Sin embargo, el Gobierno está tomando medidas concretas para conservarlo, por ejemplo a través del Sistema de Reservas del Arrecife de Barrera de Belice, una maraña de siete reservas marinas que protegen casi 1.000 km2 de arrecife. En 2010, el país también se convirtió en el primero del mundo en prohibir toda la pesca de arrastre en sus aguas, incluida toda su Zona Económica Exclusiva (ZEE). Estas medidas han dado sus frutos: en 2018, la UNESCO decidió retirar la Barrera de Coral de Belice de la lista de Patrimonio Mundial en Peligro. Había sido incluida en esta lista en 2009, tras las decisiones de perforar en busca de petróleo en alta mar, vender tierras y destruir manglares, todo lo cual ponía en peligro el arrecife. Diez años después, tras haber prohibido las perforaciones petrolíferas en sus aguas y protegido los manglares y la tierra mediante legislación, el lugar ha sido finalmente retirado de la lista de Patrimonio Mundial en Peligro.

La invasión del sargazo

Belice sufre una proliferación de sargazo. Esta alga parda, que flota en la superficie del agua antes de llegar a la costa, es completamente natural y un eslabón importante de los ecosistemas marinos. Sin embargo, desde 2011, su proliferación es incomprensible en las costas del Mar Caribe y del Golfo de México. Aunque la comunidad científica aún no comprende del todo este fenómeno, se cree que se debe a la acción combinada de los fertilizantes que acaban su vida en el agua y el calentamiento global. El calor y los nutrientes son demasiado favorables para la vida del sargazo, por lo que las costas de Belice aparecen regularmente plagadas de esta alga.

El único inconveniente es que, cuando las algas llegan a las playas, se descomponen y liberan un gas tan maloliente como tóxico. Además del olor a huevo podrido que desprende el cóctel gaseoso, también está relacionado con dolores de cabeza recurrentes y problemas digestivos. Estas mareas marrones también suponen un riesgo para la vida marina, ya que asfixian a ciertas especies e interrumpen la anidación de las tortugas. Como este fenómeno es tan reciente como repentino, los científicos aún no han encontrado soluciones. Sin embargo, las mareas son episódicas y los viajeros tienen muchas posibilidades de escapar de ellas.

Zonas protegidas: santuarios de biodiversidad

Zonas protegidas: santuarios de biodiversidad

Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), Belice protege casi el 40% de su territorio y el 20% de sus aguas. El país cuenta con 17 parques nacionales, además de reservas marinas, santuarios y otras zonas protegidas con distintos niveles de protección. Una de ellas es de interés internacional: el Cockscomb Basin Wildlife Sanctuary. Es la mayor y más antigua reserva del mundo dedicada al jaguar Aunque el jaguar es una criatura muy discreta que sólo unos pocos privilegiados llegan a ver, el santuario es conocido como un importante lugar de observación internacional. Aunque algunos países, como Brasil, tienen poblaciones más numerosas debido a su tamaño, Belice posee la mayor densidad de este felino.

Por su parte, el Parque Nacional y Reserva Marina de Bacalar Chico combina la belleza terrestre con la marina, por lo que es a la vez parque nacional y reserva marina. Es esta dualidad entre mar y tierra lo que le confiere su excepcional riqueza de ecosistemas: manglares, playas, bosque tropical, marismas y, por supuesto, el arrecife de coral. El parque cuenta incluso con el único lugar del país donde el coral se une a la costa. Este lugar excepcional se llama Rocky Point, en referencia al coral fosilizado que sobresale de las olas.