Reims es una ciudad llena de historia, vinos de Champaña y un rico patrimonio geológico. En el subsuelo de Reims, unos 200 km de caleras galo-romanas o medievales albergan cerca de 250 millones de botellas de champán. Muchas de ellas pueden visitarse como bodegas con nombres prestigiosos(Taittinger, Veuve Clicquot...) y recuerdan que en la zona siempre se ha cultivado la vid con fines religiosos o gustativos. Un breve recordatorio histórico: a finales del siglo XIV, los arzobispos de Reims poseían unas cuarenta hectáreas de viñedos y el comercio del vino estaba sujeto a derechos de vinage y portage. También hay que recordar que la ciudad posee una impresionante riqueza arquitectónica. En primer lugar, mencionemos la catedral, donde fueron coronados la mayoría de los reyes de Francia, el palacio Tau , antiguo palacio arzobispal, la basílica de Saint-Rémi y su abadía: todos ellos son monumentos clasificados por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Hoy en día, Reims está ligada al vino de Champaña, a su prestigio y a su importancia económica, que ha hecho mucho, directa o indirectamente, por el desarrollo de la ciudad. Ahora es una ciudad dinámica, bien comunicada y en contacto directo con Europa, al norte hacia Bélgica y al este hacia Alemania.