Restaurante con un menú corto, bien marcado y eficiente.
Para los amantes de la cocina coreana, Sodam propone una carta bastante corta, bien señalizada y eficaz, a la que no faltan algunos marcadores de la gastronomía del país de la mañana fresca. Bulgogi, kimchi, ravioles hechos caseros, bibibap, barbacoa de ternera con salsa picante, e incluso el patbingsu, un postre compuesto por el hielo picado con leche, pasta de judías rojas y trozos de mango fresco. Todo es, sin duda, sin imaginación (es raro decirlo en estos restaurantes), pero sin mala sorpresa tampoco. Lo cierto es que los menús a precio más que mini, al almuerzo y sobre todo a la cena, con una fórmula ultraliberal que incluye dos entradas (por ejemplo, raviolis y tortas de kimchi), un plato a elegir (bulgogi o dakbokkeum de cerdo o de pollo), acompañados por un té o un sake. Clientela mayoritariamente francesa.
Service impeccable!