Restaurante con un ambiente bastante íntimo que ofrece cocina tradicional.
Una sala pequeña, un ambiente más bien íntimo, un fondo de música india, bastantes asiduos del barrio, un servicio sonriente, discreto y atento, así se puede resumir el ambiente de este restaurante que cuenta con un horno tandoor, en el que se cocinan los panes, además de algunas recetas. La comida es tradicional y para cada plato hay un práctico indicador del nivel de picante. Se pueden comer trozos de pescado macerados preparados en un asador, pollo preparado en una veintena de especias o una de las especialidades del chef: un delicioso trozo de curry, pollo, cordero y gambas a la parrilla. Hay una buena selección vegetariana. La carta de vinos indios es inusual, pero buena.
Accueil sympathique
A recommandé vivement