Dirección parisina que ofrece platos de productos de mercado, jamón y mozzarella, y pasta con cigalas.
Todo el sabor de la Italia versión orgánica en un estilo Art Déco del tamaño de un pañuelo. Seis mesas amarradas a las 20 horas, entre las mesas se cruzan con agilidad los servidores, acento siciliano cantante y manos bailando. El ambiente es tamizado, iluminado con vela, pero viva y trepidante. Se alquilan los platos de los vecinos, los habituales que han pedido sin mirar la carta y que tutela a Elio, el jefe. Es el que presenta mesa en mesa, ya que todo está hecho con productos del mercado y en el momento, por lo tanto, un poco de paciencia. Puedes tomar el jamón de Parma y su bola de mozzarella en entrada, entramos con pasta a las cigalas y terminamos con el destrúcido tiramisú del chef. ¿Veredicto? Bellissimo.
Ce genre d’endroit qui se prend pour une légende avant même qu’on ait commandé.
Addition très salée pour ce que c’est. A fuir.
Quand après une heure, il nous installe enfin à l’intérieur, avec un air de diva qu’on dérange, il se paie le luxe de nous demander de parler moins fort alors que les client parlaient déjà très fort et que l’endroit résonne. Les plats sont annoncés à l’oral donc nous avons découvert les prix au moment de l’addition. 75 euros par tête. A fuir. J’ai détesté ma soirée.