Restaurante de ambiente zen que ofrece cocina tailandesa.
Una sala longitudinal con unos treinta cubiertos donde la decoración juega entre las piedras y vigas vista, el cristal y el bambú. Aquí se encuentra el reino de la cocina tailandesa donde las tres principales regiones están representadas: sur, centro y noreste. Los platos se decantan por dos formas, especiados o más soft, pero los ingredientes son los mismos. Ensalada de papaya verde simple y sabrosa, lágrimas del tigre al tamarin verde agradable y las grandes gambas cocidas en el wok con albahaca y gran pimienta que dejan una bonita impresión. Se salta todo esto de un flan tailandés con leche de coco, con té verde y helado violeta donde los perfumes se armonizan de maravilla. Los jóvenes empresarios son muy agradables, no dudan en hablar de su cocina y hacer sugerencias en función de los gustos de cada uno. El ambiente es zen sobre una música de fondo muy agradable para un viaje culinario exótico.
La cuisson des plats n est pas bien..agneau trop cuit et très sec
Even BETTER staff service with a smile (appeared to be family run), accepting our walk-in request @ 10:35PM because
Au Petit Thai down the street refused us service @ 10:20PM, arriving late to our flat from London, hungry/ craving thai around the corner. (Understandably later in evening, but w/ doors still open!)
Thank you very much again Tamarind Thai for welcoming us.
It was much appreciated!