LA MER DES ROCHERS

Venga a descubrir este caos de rocas en el matorral que domina los tejados del pueblo medieval de Sauve. En el corazón del Macizo del Coutach, el Mar de las Rocas ofrece en las alturas de Sauve un magnífico espectáculo, a la vez salvaje y trabajado por la naturaleza. Es un sitio mágico para descubrir en familia, que deja espacio para la poesía y la imaginación. Se puede llegar a él subiendo por las estrechas calles de Sauve que conducen a la parte superior del pueblo, y luego tomando un camino que serpentea entre muros de piedra en ruinas, vestigios de antiguas viviendas, construcciones agrícolas, cisternas o bajos muros de contención de terrazas agrícolas abandonadas. Descubrirá poco a poco un asombroso caos calcáreo, a lo largo de una red de pequeños caminos y en medio de una naturaleza exuberante. Estas fantásticas rocas presentan formas inverosímiles, alzándose como esculturas en una densa vegetación de tipo matorral, compuesta principalmente por encinas y adelfas. Esta tierra, hoy desolada y que en su día fue fértil, fue utilizada por los habitantes del pueblo hasta mediados del siglo XX para cultivar huertos de cerezos, melocotoneros, higueras y almez. Los huertos fueron abandonados y el matorral se impuso. En el sendero marcado de aproximadamente 5,5 km que atraviesa el sitio, se cruzan las "Castellas", construcción emblemática de Sauve que albergaba un cuerpo de guardia. En las afueras de la Mer des Rochers, también se encuentra el castillo de Roquevaire, los restos de un castillo cuyo origen sigue siendo incierto.