En un barrio pintoresco de la ciudad, situado en el estuario del río Hérault, antiguamente L'Adagio, es ahora el deseo de que el chef Christophe Clément y su esposa Amélie hayan invertido los lugares desde noviembre de 2013. Te recibirán con sonrisa y amabilidad. Si el cielo está despejado, te instalarás en la terraza flotante de este restaurante. Los barcos de pesca y sus gaviotas vigilantes te pasan bajo la nariz. En el interior, hay una decoración original y acogedora, compuesta por objetos antiguos como balanzas o caja fuerte. En la cocina, productos frescos y regionales, y acento puesto en el casero: calzoncillos Mediterran, pluma en el paquete de ajo morado, baba con ti ponche. Podrás degustar una cocina buscada e inventiva esencialmente compuesta de pescado procedente de la subasta, conchas y crustáceos en verano, pero también de carne (por ejemplo, palomas) en invierno. El más: la presentación de platos cuidados y la apertura del restaurante todo el año, accesible incluso fuera de temporada (bastante rara para un establecimiento a orillas del mar), así como la voluntad de privilegiar a los vinicultores independientes y a los vinos locales. Hay que destacar un servicio de socorro que se inaugura en invierno.
Serveure à l'écoute.