No hay necesidad de viajar a Tailandia para descubrir Bangkok! Situado al pie del edificio de Fiji, este discreto establecimiento es el representante perfecto de esta sabrosa y fragante cocina. La bienvenida es muy amigable y empiezas a admirar el menú con envidia. Se compone de platos tailandeses, vietnamitas, chinos y otros asiáticos. Todos estos perfumes, los propietarios los han traído de sus viajes anteriores y están encantados de presentarlos a sus clientes. Desde la cocina hasta el comedor, el equipo conoce su trabajo y está siempre dispuesto a asesorar. Como entrante, elegimos las gambas crudas, la camarera en el lugar no dudó en explicarnos cómo comer este plato mientras se introducen todos los sabores en la boca, un truco que recordaremos en el futuro. Luego le tocó el turno a la almohadilla de pollo thaï, un excelente plato con una presentación aplicada y original. Un viaje de calidad a bajo precio.
(Avis d'origine)
Restaurante bonito y bien ubicado