Restaurante que transforma los productos frescos y locales en platos tradicionales.
Muy bien situado a orillas del lago de Naussac, la antigua cabaña de pesca ha pegado un buen cambio. En la bonita sala luminosa y moderna, o en la terraza, con los patos que vienen a por las migajas de pan, el lugar es paradisíaco y el trato muy acogedor. Uno llega a este restaurante con la sensación de estar comiendo o cenando en casa. Porque el chef se esmera en transformar los productos frescos y locales en sabrosos platos tradicionales. Servidos en una sala bañada de luz que se abre al lago, los platos tienen el sabor del auténtico Lozère: lasaña con verduras de temporada, quasi de ternera con cangrejos de río, cabeza de ternera, mignon de cerdo a la sidra... La zona de lounge permite beber cómodamente a sorbitos una copa o el café.
Cuisine très bonne avec des produits du pays (tête de veau, entrecôte au bleu entre autre)
Rapport qualité prix excellent avec un cadre magnifique face au lac de naussac
Service chaleureux