Alicia y Patrick, su padre, acaban de instalarse en Rignac. El bar bajo la choza, palmeras y colores caribeños da el tono al entrar en la sala del Colibri. No hay duda de que las especialidades criollas florecen por aquí. ¿Cómo resistirse a la cucharada de caracoles con su bola de hielo foie gras o este impecable colombo de tiburón? O a otras especialidades antillanas como los accras, el pollo coco y el reposo chocolate blanco y nuez de coco que son de lo más estimulantes. Pero que los irreductibles amantes de la región estén tranquilos, así como aligot salchicha, filete de salsa de salsa roquefort o tartare de salmón muy bien hecho. Rhums y Viejas Vignes de Marcillac de nuestro amigo Teulier acercan las dos cocinas. Alicia en la sala sirve terraza en el bar y nos promete noches de zouk, música eighties… y almuerzos un domingo al mes.
Pour ce qui est de l'ambiance: nous avions tout simplement l'impression de déranger !
Quant à la deco, cela est très loin de faire penser aux Antilles.
En somme, je ne conseille pas cet endroit.