Es uno de los lugares imprescindibles de Lavaur. La gran terraza está siempre repleta, sobre todo los sábados, día de mercado, donde el aperitivo se convierte en un momento agradable. A la hora de la comida, los clientes acostumbran a probar el menú del día, una cocina sencilla pero una relación calidad-precio imbatible. A la carta, charla con chalote o roquefort, por ejemplo, y ensaladas muy diversas. Lo que se quiere sobre todo es la diversidad de las personas que se encuentran allí. Un verdadero crisol: ya sea los obreros, los empresarios, las mamás con sus cochecitos, los jóvenes e incluso los notables de la región… Una novedad: menús vegetarianos y adelgazados. Para los jóvenes, todos los sábados nocturnos (excepto verano), el lugar se transforma en sala de conciertos y acoge grupos de rock de la región.