LA ANTIGUA BONDAD

El casco antiguo cuenta la historia del pasado medieval de Niza con sus monumentos, sus palacios barrocos, sus callejuelas, el ocre claro de sus fachadas, sus típicas contraventanas de colores, sus comerciantes que se llaman entre sí en el idioma local y su alocada vida nocturna. Eminentemente pintoresca, se caracteriza por los arcos de varios pisos que atraviesan las calles, las escaleras que conectan distintos niveles, las callejuelas serpenteantes, las plazas y las terrazas de los restaurantes. Construido en los siglos ^XVI y ^XVII, rehabilitado en la década de 1950 y ahora revalorizado, sigue siendo un conmovedor testimonio del pasado.

Salpicado de tiendas de recuerdos, arte y ropa, y de puestos de artesanía local, especias, velas perfumadas y aromas del Midi, el casco antiguo de Niza es también el lugar ideal para tomar una copa o comer en una terraza, encontrar restaurantes con habitaciones secretas, probar las especialidades de la Costa Azul, degustar algunos establecimientos gastronómicos y relajarse tomando una cerveza por la noche en un pub.

Todas las mañanas, el Cours Saleya acoge el famoso mercado de flores, frutas y verduras bajo sus coloridas carpas, que llenan el aire de una agradable y perfumada dulzura. Los lunes es el día de los anticuarios y otros comerciantes de artículos de segunda mano. Esta ineludible calle repleta de bares y restaurantes encarna el alma de la ciudad y permite degustar especialidades locales como la soca, la pissaladière, la fougasse y otros palitos de pan.