RESERVA DE LA BIOSFERA DESIERTO DE VIZCAÍNO
Reserva que pretende proteger y conservar los diferentes ecosistemas del desierto costero de Guerrero Negro.
Guerrero Negro es la puerta de entrada a la reserva del Desierto de Vizcaíno. Esta reserva, creada en 1988, tiene como objetivo proteger y conservar los diferentes ecosistemas del desierto costero. Abarca 2.547.790 hectáreas, el 36% de la superficie de Baja California, lo que la convierte en la mayor zona protegida del país.
El desierto de El Vizcaíno actúa como barrera biogeográfica para las especies que migran del norte al sur y viceversa. Las lagunas de Ojo de Liebre y San Ignacio, que forman parte de la reserva, son santuarios de aves migratorias y ballenas grises, protegidos desde 1972. Se calcula que hay 308 especies diferentes de animales terrestres y marinos (sin incluir los peces) que encuentran refugio allí: 4 especies de anfibios, 4 de tortugas marinas, 43 de reptiles y 69 de mamíferos, incluida una especie de antílope en peligro de extinción, más de 256.000 aves y 38 especies de mamíferos marinos. Es posible acampar en varias zonas.
Los berrendos, antílopes endémicos de la península, son objeto de un amplio programa de conservación ; las pocas decenas de ejemplares que quedan se agrupan en amplios recintos tanto para asegurar su protección como para favorecer su reproducción evitando el cruce entre animales con herencias genéticas demasiado cercanas. Hay dos zonas donde se agrupan: al otro lado de la frontera, en el Estado del Norte, y en las salinas.