CASTILLO DE LA REAL FUERZA
En 1556, el rey Felipe II encargó al arquitecto Bartolomé Sánchez que construyera cuanto antes una fortaleza en el lugar más apropiado para defender la entrada del puerto. Las obras se iniciaron en 1558 y se terminaron en 1577. Hasta 1762, la fortaleza sirvió de residencia para los capitanes generales, antes de ser ocupada por el ejército. De 1899 a 1906, albergó los archivos de la ciudad. Volvió a utilizarse como cuartel hasta 1938, cuando volvió temporalmente a su función de archivo. Una vez restaurado, se convirtió en museo nacional en 1977, con motivo de la celebración de su 400 aniversario
El Castillo de la Real Fuerza está formado por un cuadrado perfecto de algo más de 30 m de lado, con un pequeño patio en su centro, según los cánones del Renacimiento: todo aquí es regularidad, orden y perfección geométrica. El castillo está rodeado por un foso y se accede a él por un puente levadizo de madera. A la derecha, al entrar, hacen guardia varios cañones de bronce procedentes de las fundiciones de Sevilla, similares en todo a los del césped del Castillo del Morro de Santiago de Cuba.
También merece la pena ver la Giraldilla original, que desde 2011 se encuentra en el hall de entrada, cerca de la taquilla. En la actualidad, el fuerte también expone cerámicas de destacados artistas contemporáneos. Hay una colección permanente de pintura cubana: Rodríguez de la Cruz, Amelia Pelaez, Wifredo Lam, René Portocarrero, Mariano Rodríguez.
intérieur sympa mais cela fait cher