PARLAMENTO (ORSZÁGHÁZ)

La entrada al parlamento se realiza por el sótano, en el lado izquierdo del edificio, donde se ha habilitado una zona para visitantes(látogatóközpont). También se ha abierto allí un pequeño museo sobre la historia del parlamento. El edificio del Parlamento húngaro fue el punto culminante de la rápida expansión urbana de Budapest a finales del siglo XIX y fue objeto de un concurso público entre los mejores arquitectos de la época. El edificio neoclásico propuesto por Alajos Hauszmann no fue seleccionado, pero se construyó el edificio para el Tribunal Real de Casación en el número 12 de la plaza Kossuth (se espera que el Tribunal Supremo húngaro se traslade allí pronto). Inspirado en Westminster, el Parlamento británico, el Országház húngaro -todavía hoy alberga a los parlamentarios, pero sólo en la cámara baja, ya que la superior ha sido suprimida- es una síntesis de barroco, neorrenacentista y neogótico, y está considerado como el más bello ejemplo del eclecticismo de Budapest con sus pináculos, campanarios y agujas... Se construyó entre 1885 y 1902 según los planos de Imre Steindl y es totalmente simétrica (tiene dos alas de espejo, una reservada para los diputados y otra para los turistas). El edificio tiene casi 700 habitaciones, 20 km de escaleras y 40 kg de oro. Sigue siendo el edificio más grande del país, con 265 m de longitud y 96 m de altura, coronado por una cúpula (el número no es insignificante, hace referencia a la fecha clave de 896, correspondiente a la supuesta llegada de las tribus húngaras a Hungría). Desde el año 2000, alberga todos los emblemas reales de Hungría: la corona, el cetro, la manzana del reino y la espada. El interior del Parlamento está ricamente decorado y la visita guiada es muy instructiva. Comienza con la escalera principal, decorada por Károly Lotz (que también hizo los frescos de la Ópera) con una Apoteosis de la Legislación esta vez. La sala de la cúpula es la continuación de la escalera, donde se guarda la venerada Santa Corona con la cruz inclinada, un atributo de Estado. Su historia es digna de las mejores sagas Regalado a San Esteban por el Papa Silvestre II, fue devuelto por los estadounidenses en 1978, tras un exilio en Fort Knox, Estados Unidos, durante la Segunda Guerra Mundial Las vidrieras son obra de Miksa Róth, un prodigio del Art Nouveau húngaro. Definitivamente vale la pena visitarlo. Más adelante, cerca del metro (línea 2), el sótano de la plaza Kossuth alberga una pequeña sala dedicada a la revolución de 1956.