PIAŢA CETĂŢII
Colorida y rodeada de agradables terrazas, la plaza de la Ciudadela (Piața Cetății) es el corazón del casco antiguo. Aquí se celebraban los mercados, se dictaban las sentencias y se llevaban a cabo las ejecuciones. Entre los edificios que cabe destacar, está la Casa del Ciervo (Casa cu Cerb), con un fresco que representa a dos de estos animales enfrentados coronado por una cabeza real. Se trata de una residencia del siglo XVII que es un ejemplo perfecto del estilo renacentista transilvano, una de las más bellas de la ciudad. Recientemente renovada, ahora se ha convertido en una pensión-restaurante.
También merece la pena visitar otras casas de la zona. Un poco más abajo, volviendo los pasos hacia la torre del Reloj, a su derecha verá un edifico amarillo, la Casa Vlad Dracul, llamada así en honor al padre del hombre que inspiró el personaje de Drácula, el voivoda Vlad el Empalador. Esta es la casa donde se dice que nació y creció Vlad entre 1431 y 1435. Hoy alberga un restaurante medieval, que cuenta con una atracción muy kitsch en el piso de arriba, solo para turistas ávidos del vampiro (entrada 2 €). Si come allí, también podrá contemplar un bonito fresco del siglo XV que representa a Vlad Dracul. Un poco más abajo, frente a la iglesia del monasterio, la Casa Veneciana fue construida en el siglo XVII y reformada en estilo neogótico veneciano en el XIX, fácilmente reconocible por los marcos de las ventanas que imitan dicho estilo.
Al final de la calle Bastionului se encuentra la iglesia católica. Data de 1894 y su estilo es ecléctico, una mezcla de neogótico y neorrománico.