TURDA GORGES
A unos 10 kilómetros al oeste de la ciudad, las gargantas de Turda (Cheile Turzii) ofrecen un espectáculo digno de contemplar. El río Hășdate ha esculpido un impresionante corredor de más de 3 kilómetros de longitud, que ha dado lugar a acantilados de casi 350 metros de altura. Hay unas sesenta cuevas, que se han ido formando en el relieve kárstico. La mayoría son pequeñas, a excepción de Cetățeaua Mare, de 120 metros de longitud. La región cuenta con un microclima que favorece una riqueza natural deslumbrante: hay unas sesenta especies animales (aves, zorros, peces, comadrejas, anfibios, ciervos, etc.) y más de 1.000 especies vegetales diferentes, algunas de ellas especialmente raras (ajo silvestre, acónito común, etc.), en una reserva de 125 hectáreas.
El principal punto de acceso a las gargantas es el pueblo de Cheia, al que se puede llegar con autobuses locales o caminando durante 2 horas desde Turda, por un sendero llamado Drumul Domnilor (salida desde la plaza Romană, señalizado con una cruz roja, a unos 8 km). En coche, pase el pueblo de Mihai Viteazu y, un poco más adelante, en la carretera hacia Câmpeni, siga las indicaciones. Las gargantas pueden recorrerse fácilmente en poco más de una hora. Pero si desea explorar la zona más a fondo, puede dirigirse a la Cabana Cheile Turzii, donde se expone un mapa en el que se detallan las distintas rutas. También podrá conseguir un mapa. La ruta de las gargantas finaliza en Petreştii de Jos, donde los autobuses bajan de nuevo a Turda (al menos de vez en cuando).