LE ZEN
El Zen es como Kirikou: no es grande, pero es valiente. Una bonita pequeña terraza delimitada por un banian, algunas plantas verdes, máscaras y estatuillas, y una sala climatizada acogedora y cómoda. La vegetación atrae muchos mosquitos y no siempre es fácil descubrir dónde aparcar, pero el lugar vale realmente la pena. En primer lugar por su alma y su ambiente familiar y cálido que se le debe a Amlan, la patrona del lugar, pero también por la calidad de la acogida y del servicio. Evolucionando de mesa en mesa y acostumbrados a recién llegados con una igual jovialidad, la reconocerás a su voz narrada y su sonrisa contagiosa. Otro punto fuerte del Zen: una programación musical bastante inusual para un maquis y de calidad a menudo excepcional, desde Idir a Ella Fitzgerald pasando por Gainsbourg, Nina Simone, Simon & Garfunkel, Lhasa o Amy Whinehouse, sin olvidar los clásicos del continente, por supuesto. El Zen es un lugar adictivo, con una clientela muy variada y ofrece una interesante panorámica de las noches populares de Biétry.