CIMITERO DELLE FONTANELLE
Cementerio que contiene los huesos de los moribundos de la peste, conocido por el culto a las calaveras
La peste de 1656 fue un episodio dramático para Nápoles: de los 450.000 habitantes de la ciudad, 250.000 perecieron. Miles de cadáveres se apilaban en osarios fuera de las murallas de la ciudad y el 'o campusanto d'e Funtanelle (en napolitano), compuesto por tres grandes bodegas de toba, albergaba muchos cadáveres. En 1857, un canónigo, con la ayuda de las señoras del barrio, acondicionó el local y el osario se abrió al público, dando lugar a un extraño culto: el de la "adopción" del cráneo anónimo de una de esas almas perdidas que, privadas de una sepultura digna, vagaban por el purgatorio. Mediante este "apadrinamiento", se llevan flores y rosarios a la calavera con la esperanza de que el alma así honrada interceda por ella en el Más Allá. En 1969, el Vaticano prohibió este culto, que desaprobaba por su carácter anticatólico (¡y también porque alejaba a los fieles de las iglesias!). El cementerio se cerró entonces, para volver a abrirse en la década de 1990.
Uno no puede permanecer insensible a la atmósfera que emana de estos lugares únicos en el mundo. Los huesos están alineados, a veces dispuestos en pequeños quioscos. Pero esto es sólo la punta del iceberg: bajo los pies de los visitantes se amontonan de 3 a 4 m de huesos. El culto a las calaveras sigue muy vivo y los guardianes ven a veces cómo los visitantes vuelven años después para agradecerles un deseo que se les ha concedido. ¿Va a adoptar una calavera durante su visita?
A découvrir absolument.
Ne conviendra pas à tous le monde.