El Blanchot es un lugar en el que encontrarse. Se trata de un magnífico chalet con dos salas, dos ambientes y dos ofertas. Y siempre con una cocina sabrosa y unos postres que son toda una delicia. Al mediodía, el combo del esquiador ofrece un entrante y un plato principal con el que se te hace la boca agua: aquí encontramos rana deshuesada con hojaldre y mantequilla de cebollino, seguida de una presa de cerdo marinada con miel y cuatro especias. Por la noche, chimenea y comodidad refinada con ricas sugerencias culinarias, como el risotto de sepia con la emulsión de rúcula y jengibre. Como colofón final, una conversation de mango y mandarina con frutas rojas confitadas al limón. Recomendamos la increíble carta de vinos con más de 200 grand crus y 23 champagne. Especialidades saboyanas para aficionados a su cocina. Una bienvenida encantadora con una atención meticulosa.