CASTILLO DE LAGOPESOLE

En la carretera de Potenza a Vulture se encuentra el más misterioso y mágico de los castillos de Federico II. Menos conocido que el de Melfi, el castillo de Lagopesole está fuertemente impregnado del espíritu del gran emperador suabo, que lo construyó y vivió allí desde 1242 hasta su muerte en 1250. Situado en la carretera que conduce a Apulia, fue su coto de caza y un lugar de descanso tranquilo. Se construyó en el emplazamiento de otra fortaleza que, en 1137, fue escenario de la reconciliación entre el papa Inocencio II y el abad Rinaldo de Montecassino, en presencia de Lotario de Sajonia, durante la guerra contra Roger el Normando. En cuanto al castillo de Federico II, fue más tarde la residencia de Carlos de Anjou, que también hizo encarcelar allí a Helena, la segunda esposa de Manfred de Sicilia (¡se dice que el espíritu de la reina sigue rondando el lugar!). En 1416, pasó a ser propiedad de la familia Caracciolo, al igual que Melfi. Regalado por Carlos V a la familia Doria en 1531, fue entonces transformado temporalmente en museo y se convirtió en un emblema de la historia y el alma de Lucania. En 2014 se abrió al público una segunda parte del castillo dedicada a la vida de Federico II, que ofrece un mayor conocimiento del lugar. El castillo tiene una planta rectangular y cuatro torres en las esquinas. Un muro cortina divide el espacio interior en dos partes: la primera, más antigua, con una torre del homenaje; la segunda, formada por un patio rodeado de tres alas y al que se abre una capilla.