VILLA REALE

Si es uno de los pocos afortunados que puede desembarcar en la isla de Montecristo, a veces llamada "isla prohibida" por su inaccesibilidad, este es el primer lugar que debe visitar: Villa Reale. Situado en la bahía de llegada, llamada Cala Maestra, en el lado occidental de la isla, es el único edificio de Montecristo. Construida en el siglo XIX por el inglés George Watson-Taylor, la Villa Reale alberga ahora a los guardias de la isla, así como un pequeño museo de historia natural y jardines botánicos. Como dato histórico, Watson-Taylor vendió la villa en 1899 a los Saboya, la familia real italiana, que la utilizaba como base para sus partidas de caza.

Tras esta visita, hay tres rutas de senderismo autorizadas. Los dos primeros, siguiendo caminos diferentes, conducen a un mirador. La tercera ruta, la más larga y difícil, lleva al monasterio de San Mamiliano, que a mediados del siglo^V, huyendo de los vándalos de Genserico, construyó este monasterio con sus seguidores en la isla refugio de Montecristo. Cerca de allí se encuentran las ruinas de la Grotta del Santo, donde, según la leyenda, el santo mató a un terrible dragón alado, guardián de la isla.

Sea cual sea la ruta que elija, ¡mantenga los ojos abiertos! La isla de Montecristo, que durante mucho tiempo ha estado impregnada de misterio, alberga muchas especies en peligro de extinción y es una importante escala para las aves migratorias. Y realmente, disfrute de cada momento en su exclusiva excursión a Montecristo, la isla conocida por griegos, etruscos, romanos y piratas sarracenos por sus bosques de robles y sus canteras locales de granito rosa. La isla también es conocida por ser el escenario de la famosa novela de Alejandro Dumas, pero también por su increíble biodiversidad y naturaleza virgen.

Por último, pero no por ello menos importante, todas las excursiones requieren un calzado adecuado para caminar y se recomienda el uso de bastones. Como no hay comida ni bebida disponible en la isla, los participantes deben llevar suficiente agua y considerar un picnic si lo desean. Los excursionistas más atentos podrán avistar la rara rana sarda o las cabras salvajes, con sus largos cuernos curvados, probablemente importados por los antiguos marineros. No nos cansamos de repetirlo, recuerde reservar su descubrimiento de Montecristo con mucha antelación, ya que las pocas fechas disponibles para las visitas se llenan rápidamente