CAHAL PECH
Ruinas mayas en lo alto de la ciudad, con un pequeño museo cercano donde se puede aprender más sobre la historia de los mayas en Belice
Estas ruinas mayas, de aura misteriosa, tienen la ventaja de estar situadas en las alturas del pueblo de San Ignacio, a unos veinte minutos a pie de su centro. Hay vistas ininterrumpidas de las Montañas Mayas al sur y de los fértiles valles del río Belice al noreste. Es el lugar ideal para hacerse una idea de la geografía de la región. El lugar fue el centro de un palacio real perteneciente a la familia que gobernó la región durante el periodo clásico maya. Ocupado desde el año 1.000 a.C. por los primeros emigrantes, que probablemente llegaron desde Guatemala por vía fluvial, no fue abandonado hasta 1.800 años después, en el 800 d.C. Se puede pasear por siete plazas y contemplar una treintena de estructuras, entre templos, un campo de pelota, edificios residenciales y un altar. En uno de los edificios se descubrió una cámara funeraria que contenía joyas de concha y hueso, flechas de obsidiana, cerámica y una magnífica máscara decorada con jade y concha. Deambular por estas ruinas, que aún están parcialmente cubiertas de vegetación, es una forma estupenda de explorarlas, tanto si se decide subir a la cima de los templos para vislumbrar los templos de Xunantunich en la distancia, como si se recorren los pasadizos y las pequeñas salas que unen las plazas entre sí. Un pequeño museo junto a las ruinas permite conocer mejor la historia de los mayas en Belice, así como la del yacimiento y los artefactos encontrados en él.