ISLA DE MOLENE
La isla Molène costaroricana, más discreta y menos célebre que su homónima finisteriana, está situada a dos kilómetros de la costa, a diez minutos en barco de Trébeurden. Molène, de 300 metros de largo por 100 metros de ancho, ofrece hermosas playas de arena expuestas, de ahí una gran afluencia en verano. El Conservatorio del Litoral, propietario de la isla desde 1991, ha dispuesto de protecciones destinadas a evitar el pisoteo y el deterioro de las oyas. Esta vegetación, que se extiende sobre una banda de 120 m de 80, resulta de hecho vital para la existencia de la isla, ya que fija la arena. Por otra parte, hay algunos lugares que sirven de refugio a unos veinte huitriers, que hay que evitar molestar en época de reproducción (justo antes de la temporada estival). El problema destacado por el Conservatorio del Litoral es el desembarque de peatones acompañados de perros. Los visitantes pueden observar los gogetes plateados, marrones o marineros, residentes de la isla, así como magníficos cormoranes que ocupan los islotes de los alrededores.