PUENTE IROISE
Construido a partir de 1991 en un entorno con fuertes restricciones como el viento y la salinidad, con el fin de mejorar las condiciones de tráfico que se han vuelto difíciles en el puente Albert-Lobo, se inauguró en 1994. Su arquitectura, elegancia e inserción en un sitio clasificado le valió el premio nacional de los Rubans de Oro en 1995. Tiene la tercera plaza más larga de los puentes de coronas francesas (longitud entre dos pilares), detrás del puente de Normandía y el puente de Saint-Nazaire, justo delante del Viaducto de Millau. Para contemplar esta construcción de 800 m de largo, basta con ir al puente Albert-Lobo, reservado a los peatones, a los dos ruedas y a los vehículos lentos, después de haber estacionado tu coche en uno de los aparcamientos previstos a tal efecto. Consejo inteligente: Cuando entras en el puente del Iroise, cuidado con la velocidad, que está limitada a 90 km/h (un radar fijo se encuentra al final del puente en el sentido Quimper-Brest).