Las habitaciones de huéspedes más bonitas Medio Atlas

El Riad Anata es la historia de Valérie, una enamorada de Fez. Este pequeño nido, refinado y cuidadosamente restaurado, merece su apodo de «Riad del corazón»: una magnífica recepción, unas formidables habitaciones, acogedoras y cómodas, y una gran variedad de desayunos a elegir. Sin olvidar su agradable patio y la bella terraza. Aquí todo llama a la calma y la serenidad; es obligatorio hacer una pausa.

Situado en el corazón de la medina, este riad de 700 años de antigüedad ha sido magníficamente renovado y es un remanso de tranquilidad. Zoubida y su hija, dos adorables marroquíes, harán todo lo posible para que su estancia transcurra sin contratiempos. Por casualidad, conocerá a los propietarios, una simpática pareja francesa, Nadya y David, y a su encantadora nieta, Sanaa Rose, que da nombre al riad. Las cuatro habitaciones son igual de elegantes, sobre todo las habitaciones dobles de arriba, muy espaciosas. Desde la terraza, hay una hermosa vista de las tumbas meriníes.

Fátima, francesa de origen marroquí e instalada desde hace muchos años en Mequinez, le reserva una acogida de lo más agradable. El riad muestra una decoración auténtica y original, ¡con el color como protagonista! El patio de la entrada es un espacio agradable; en la primera planta, las habitaciones son espaciosas y bastante distintas las unas de las otras, especialmente a nivel de distribución. Las familias pueden elegir la gran suite con camas supletorias, y las parejas preferirán la habitación situada en la terraza, con tonos azules de Chauen y con vistas a los minaretes. El personal es muy atento. ¡Un lugar a descubrir!

Khadija y Mohamed, una pareja de profesores universitarios jubilados, le ofrecen una cálida bienvenida a su encantadora casa, que goza de preciosas vistas panorámicas de Azrou y las montañas circundantes. La entrada da a dos elegantes salones, uno de ellos con TV y ajedrez. Las 5 habitaciones están bien cuidadas, con comodidades sencillas pero acogedoras. El entorno es agradable y sobre todo tranquilo, a pesar de la carretera principal que pasa por debajo. Deliciosa cocina casera. Por la noche, se puede disfrutar de las magníficas puestas de sol. Una dirección recomendada.

Le Cèdre d'Argent, situado en la medina a pocos minutos a pie del Triángulo de Oro y de los funduqs de artesanía, sorprende a primera vista por su piscina en el centro del patio que se ve desde las habitaciones. Estas presentan un diseño personalizado, con un baño privado decorado con mosaicos en la más pura tradición fecí. Entre los desayunos (muy copiosos) y el té con menta servido en la terraza con vistas a la medina, el lugar le reserva una cálida bienvenida.