Los mejores restaurantes portugueses Portugal

Este histórico restaurante existe desde 1930, cambiando de propietarios de vez en cuando. Aquí se cuelgan jamones a la vista de los clientes, y en la pared hay una buena colección de relojes de madera. Tiene todas las características de una tasca digna de ese nombre, incluidos los precios. De hecho, por eso hay cola fuera, ya que no siempre es fácil conseguir mesa: el local no es muy grande. En cualquier caso, es una dirección a tener en cuenta para una comida barata en medio de los restaurantes turísticos.

En el pequeño pueblo de Soajo, al noroeste del parque, el Saber Ao Borralho le recibirá en un entorno típico de Minho para que disfrute de una comida con múltiples sabores regionales y portugueses. Las raciones son generosas y los platos se componen principalmente de piezas de carne acompañadas de verduras o patatas (es decir, una decepción para los vegetarianos). Los postres son suculentos para rematar la comida con una nota dulce. Buenos vinos, servidos por un equipo sonriente. No dude en entrar.

Se trata de un buen restaurante situado en el corazón del parque nacional, no lejos de la zona de los baños termales. En Lurdes Capela podrá disfrutar de una cocina portuguesa y regional. Las raciones son generosas y los productos para elaborar los platos se tratan con esmero, sin desvirtuarlos. En el menú encontrará pescados enteros frescos y piezas de carne, acompañados de patatas, arroz y/o verduras finamente sazonadas. Algunos postres (como el flan caramelizado) completan la comida. Los vinos han sido bien seleccionados para acompañar este tipo de comida. El servicio es agradable.

Si quiere probar el leitão, Filhos de Moura es el lugar indicado en la región de Amarante. En la pequeña terraza o en la sala decorada de forma tradicional, los platos principales se sirven en un plato para compartir con guarniciones individuales. No olvides los postres: bolo de bolacha, mousse de chocolate, queijo da serra... Una buena carta de vinos y un servicio atento. Ambiente agradable. El cochinillo debe reservarse con antelación.

Un restaurante gourmet de moda que sirve una variedad de cocina regional, en un hermoso entorno con paredes de piedra. El Pobre Tolo está bien situado, no lejos de la Tâmega, del centro de Amarante y al lado del albergue juvenil. Platos de carne y pescado, postres sabrosos con una presentación muy cuidada: aquí no olvidamos que un plato servido en un restaurante debe ser tan bonito como bueno. Buena carta de vinos (te aconsejarán el mejor vino para acompañar). Servicio profesional.

Si busca un restaurante donde degustar la cocina gastronómica alentejana, la Taberna Ó Balcão es su lugar. El chef Rodrigo Castelo dirige un equipo de entusiastas que se desviven por ofrecerle platos sabrosos e ingeniosos, perfectamente ejecutados y especialmente bien presentados: ¡no hay duda! El menú degustación permite descubrir las mejores recetas locales revisitadas en versión gastro. Una excelente carta de vinos para acompañar su comida. Se recomienda reservar y el servicio es impecable.

Un restaurante situado en una calle a pocos pasos de la catedral, cuyo interior no es visible hasta que se entra. Podrá comer o cenar en robustas mesas y sillas de madera, en un ambiente tradicional. La cocina es una mezcla de clásica y sencilla, siendo el bacalhau uno de los platos fuertes. También ensaladas y tortillas y un menú diario muy asequible para variar del menú a la carta. Los platos son generosos, se puede comer bien a precios muy razonables. Un ambiente cálido, un servicio atento y rápido a pesar de la afluencia de clientes

Este restaurante, en el corazón de Alfama, no lejos de la catedral, ofrece una cocina atípica, como les gusta decir a sus propietarios. En el interior, encontrará un ambiente lisboeta, con calçadas en el suelo y bonitas mesas de madera para darle un toque rústico. En el plato: tempura de col con kimchi, o milhojas con pastel de nata y helado de canela... También puede optar por un paquete de degustación de vinos que incluye cinco vinos y cinco tapas cuyos ingredientes están relacionados con la región del vino degustado.

Este restaurante se centra en los clásicos, sin intentar revisitar la cocina portuguesa. En el corazón de la Mouraria, tiene sentido atenerse a la tradición. La chef, Sandra Carvalho, le preparará platos como el pulpo (que recomendamos por ser unánimemente aclamado por los clientes) o el pato con reducción de moscatel. También tienen una buena selección de vinos de Oporto para tomar por copas después de comer. El marco es acogedor y el ambiente cálido y acogedor.

En un callejón a dos pasos de la plaza 8 de Maio, la taberna No Tacho le invita a degustar su deliciosa cocina portuguesa. Detrás de los fogones, el chef Vitor de Oliveira y su equipo sirven platos basados generalmente en productos locales y de temporada: pulpo, bacalhau, carne local, acompañados de patatas, arroz o verduras finamente aliñadas, y una tabla de quesos portugueses. Los postres incluyen helado, pudin de caramelo y el tradicional "morgado do bussaco". Buena selección de vinos. Servicio de calidad.

Con vistas panorámicas de la playa desde las alturas de Pataias, el Mad es una dirección magnífica para visitar si se encuentra en esta zona. La cocina que aquí se sirve gira esencialmente en torno al mar. Pulpos, mariscos, pescados, almejas y mejillones fritos se presentan en el plato con una presentación magnífica (un festín para la vista). Los sabores explotan al instante en el paladar (un placer para las papilas gustativas). Los cortes de carne también son buenos. Carta de vinos bien elaborada y buenos postres. Ambiente acogedor, servicio atento y sonriente.

Sandro Castelhano y Rui Alves le ofrecen un restaurante con una bonita explanada y un gastro-bar. Situado a la entrada de Mafra, se trata de un establecimiento sencillo con precios razonables. La decoración es moderna con un toque de bistró. Perfecto para un almuerzo rápido antes de un paseo por la Tapada de Mafra, o un aperitivo que se convierte en cena. La carta de vinos es completa, e incluye vinos de pequeños y grandes productores.

Clientes habituales ayudando en el servicio o esperando amablemente, sin turistas a la vista... eso siempre es buena señal. Esta mini tasca, con las paredes cubiertas de fotos de toros, está en pleno funcionamiento. Especializada en bitoques (carne de cerdo y ternera cubierta con un huevo y servida con patatas fritas), el local está siempre lleno. Y con razón: es el plato más popular del país, perfecto a cualquier hora del día cuando se tiene poco tiempo. Florindo, con su desmesurada buena voluntad, corre de un lado a otro sin descuidar a nadie. ¿Y dónde tiene lugar? En el mercado municipal.

Este pequeño restaurante, situado en el corazón del pueblo, es un lugar de encuentro para los habituales: las familias vienen a cenar, a tomar una copa o simplemente a saludarse... Aquí podrá disfrutar de una comida sencilla y con buen humor de "sabores alentejanos": bacalao frito en aceite de oliva con ajo, gambas picantes, espinacas con gambas... Los amantes de la carne pueden optar por el solomillo de cerdo con pimientos o el filete de cerdo con ciruelas pasas. La cuenta es ligera y los platos no siempre lo son, pero disfrutará, será bien recibido y saldrá satisfecho.

Pequeño establecimiento de ambiente relajado a la entrada del puerto deportivo de Tróia, frecuentado sobre todo por visitantes extranjeros. La carta es, por tanto, más internacional que regional: ensaladas variadas, hamburguesas, calamares fritos, tablas de quesos y también tartas de crema de moscatel... Está bien servido, presentado con gusto y las patatas fritas están crujientes a la perfección. El tipo de sitio sin sorpresas donde vuelves para comer lo que te gustó la primera vez.