Qué ver y hacer Santo Tomé Y Príncipe

José es un guía dinámico y muy solicitado por su profundo conocimiento de la isla. Podrá preparar un hermoso programa para ayudarle a descubrir las sutilezas de su tierra natal, en coche o en motocicleta. Además, habla idiomas, lo que le permitirá disfrutar plenamente de sus visitas. Su compañía es muy apreciable. José, como muchos santotomenses, también es agricultor en su tiempo libre. Podrá mostrarle los campos donde cultiva vainilla y pimienta, entre otras cosas.

Este centro de arte, fundado por el famoso João Carlos Silva, es una visita obligada en la ciudad. Ubicado en una antigua fábrica renovada, cuenta con obras de artistas locales de la más alta calidad, incluyendo pinturas de Olavo Amado. Una exposición permanente de fotografías antiguas arroja luz sobre la historia de la isla y sus roças. El café contiguo tiene una gran biblioteca portuguesa que ofrece una buena selección de literatura. Este dinámico lugar organiza regularmente proyecciones de películas en pantalla gigante y veladas temáticas, a veces con orquestas en directo. Posibilidad de inscribirse en talleres de pintura.

A unos 4 km de Monte Café, después de la señal «SUDAD», tome el cruce a la izquierda e inicie una pista de 1,5 km. Relativamente practicable, el complejo ha sido renovado para permitir el acceso a los coches. Por lo tanto, se puede llegar en coche al puente azul que domina este fabuloso paisaje. Desde allí se puede admirar esta magnífica cascada de más de treinta metros de altura, muy impresionante, sobre todo en época de lluvias. La zona todavía no es muy concurrida y si no es friolero puede incluso meterse en el agua en este pequeño paraíso tomando las escaleras y el pequeño puente de madera que cruza el río. Si continua por el camino después de la cascada, llegará a una de las más bellas roças de la zona, ahora ocupada por los habitantes del pueblo. También se puede considerar una excursión hasta Bombaim (seis horas de caminata).

Creado en 1997, el jardín está lleno de árboles, orquídeas, plantas raras o amenazadas y aves exóticas. Puede visitarlo con un guía que habla francés e inglés. Aquí hallará información sobre la flora y especialmente sobre las orquídeas gracias a algunos paneles explicativos, mapas y fotos. Todas las caminatas comienzan aquí.

Tres veces por semana, Claudio Corallo, italiano de nacimiento, pero en África desde hace más de cuarenta años, recibe a los visitantes después del cierre de su fábrica artesanal de chocolate para compartir con ellos su pasión por el café y el chocolate. En diferentes etapas, aprenderá a descubrir todas las sutilezas del cacao, desde su cultivo hasta su transformación. En esta fábrica de chocolate, que parece un taller de artista, en el extremo opuesto de una fábrica agroalimentaria, el agrónomo revela y prueba sus obras. La visita está puntuada por numerosas explicaciones (en francés, portugués, inglés e italiano). Descubrimos nuevos sabores: chocolate con uvas maceradas en alcohol de cacao, jengibre, naranja, pimienta y café, cultivado en el centro de la isla cerca de Monte Café. Para los puristas: chocolate con 70 %, 80 % o 100 % de cacao. Es posible comprar sus chocolates y café después de la visita. Aunque no le tiente demasiado, quédese y escuche a este apasionado, que tiene un trato cercano con los visitantes. Quizás le de la receta de su ligera y sabrosa mousse de chocolate.

Los chocolates de Claudio Corallo se pueden encontrar ahora en muchas tiendas de todo el país, en Ckdo y en el aeropuerto, en España y en muchos otros países. Es posible solicitar productos en línea, con entrega rápida y directa en su casa. Una visita para el paladar y los sentidos que no se puede perder.

La catedral está situada en el emplazamiento de una pequeña capilla destruida y reconstruida según las ocupaciones portuguesa, española y holandesa, que se sucedieron durante los siglos XVI y XVII. Su construcción comenzó en 1576, bajo el reinado del piadoso rey Sebastián. La iglesia fue elevada a la dignidad de catedral por la diócesis y bautizada como Nuestra Señora de la Gracia en 1534. Se pueden admirar unos bonitos mosaicos azules.

Un pequeño museo recorre la historia de la elaboración del café desde los tiempos del esplendor de la roça Monte Café en un edificio colonial completamente renovado. Se puede descubrir una máquina de aquella época que se utilizaba para lavar, clasificar los granos de café según su tamaño y realizar todo el proceso de selección hasta el tueste. Algunas herramientas, imágenes y reproducciones de la época completan la escenografía de este museo. Es muy sencillo, la visita (en francés, inglés o portugués) es corta, pero interesante. Al salir del museo, su guía le hará degustar una taza del café producido en el lugar. ¡Solo por su sabor, vale la pena subir al museo!

Era la mayor plantación de cacao y café y estuvo en funcionamiento hasta hace menos de cinco años. En las ruinas del antiguo hospital (en aquel entonces cada roça tenía su propio hospital) se encuentran todavía la fábrica y la reserva. Durante nuestra visita, la plantación había sido abandonada y las visitas suspendidas. Sin embargo, se esperaba el regreso al trabajo en breve. Averigüe más sobre el terreno. Así podrá descubrir todo el proceso de separación y procesamiento del cacao y el aceite de palma.

Este pequeño establecimiento sirve de punto de recepción al turista de visita al sur. Allí encontrarás toda la información deseada para pasear y visitar la región, pero no sólo: también puedes comer (cocina local por 4 euros). Avisar el día anterior a la noche para comer, y por la mañana para cenar.

Es posible alojarse en casa (2 habitaciones dobles) en Trindade.

Un grupo de jóvenes trabaja el coco, el bambú y la arena para confeccionar objetos y joyas. Los acabados son impecables y algunos objetos originales (tazas de café, caja de joyas).

Se hace cargo de los clientes desde la transferencia del aeropuerto y organiza circuitos turísticos a medida.

Esta caminata de aproximadamente hora y media lleva a través del Parque Nacional de Ôbo hasta la bonita cascada de Oquê Pipi. Es bastante fácil, aunque hay que ir con cuidado, sobre todo en época de lluvias. La ruta está señalizada con flechas amarillas, pero lo mejor es contratar a un guía. Por el camino, disfrutará de increíbles vistas de la escarpada costa de la isla, mientras se siente solo en el mundo en medio de un exuberante entorno natural. Lleve agua, un picnic y, sobre todo, bañador. ¡Las aguas de la cascada son refrescantes!

A 680 m de altitud, el pico Papagaio se alza majestuoso sobre la ciudad de Santo António. Los excursionistas experimentados pueden escalar esta montaña en 2 ó 3 horas, dependiendo de su ritmo y habilidad. Hay algunos tramos complicados, incluido uno en el que hay que agarrarse a una cuerda para subir. En época de lluvias, el terreno suele estar resbaladizo. Puedes pedirle a Nhanu, de Casa de Amor, un guía francófono que conoce bien la ruta, que te acompañe. Desde la cima se puede disfrutar de magníficas vistas de la capital de la isla y su bahía.

Maxence, un francés dinámico y emprendedor, está volviendo a dar vida a esta roça abandonada desde hace mucho tiempo, con la ayuda de un equipo cualificado, en su mayoría mujeres. Él o uno de sus empleados le explicarán todas las etapas de la producción de granos de cacao de calidad, desde la fermentación hasta el secado tradicional. De hecho, es el único de la isla que dispone de cajones antiguos sobre raíles, una de las tres técnicas de secado utilizadas por la plantación. Maxence tiene muchas ideas en mente, incluida la creación de un museo del cacao. ¡Permanezca atento!

La Boca do Inferno, cuyo nombre significa boca del infierno, es una formación geológica natural compuesta de lava volcánica que forma una boca sonriente. Principalmente en marea alta, la fuerza de las olas al entrar en su hendidura es tal que el agua sale como un géiser. Es un espectáculo fascinante. Cuenta la leyenda que cuando el Barón de Agua Izé deseaba viajar a Portugal, se arrojaba al agua con su caballo blanco y emergía en la Boca do Inferno, cerca de la ciudad portuguesa de Cascais. Venta de recuerdos y zumo de coco in situ.

Juliette y Francesco, una francesa y un italiano productores de vainilla, le abren las puertas de su taller, donde se respira el delicado aroma de esta preciada especia. Durante una visita de unos 45 minutos, aprenderá todo sobre la vainilla, desde la orquídea que produce la vaina verde hasta su polinización manual, fermentación y secado. Es una visita muy interesante y ayuda a entender por qué la vainilla es tan cara. A la vuelta del jardín experimental, deléitese con un exquisito brebaje de ron con vainilla

No muy lejos del museo, esta pequeña tienda de recuerdos es un lugar agradable para hacer algunas compras, mientras se solidariza con los artesanos locales. Ofrece objetos y productos elaborados por santomeranos como parte de un proyecto social de la Santa Casa da Misericordia. Ofrece productos ecológicos locales, ropa colorida, joyas, pinturas, esculturas y piezas originales. En esta cooperativa de artesanos, los precios son fijos y razonables y los lugareños reciben un precio justo.

Esta antigua fábrica de aceite de palma ha cobrado nueva vida gracias a la asociación Missao Dimix, que la ha convertido en un lugar de educación artística para los niños de la isla. Aquí aprenden sobre la transformación del plástico a través de las obras que crean. Entre las máquinas de la época colonial, se pueden comprar obras de artistas locales a precios fijos, u hojear algunos libros en la biblioteca. También hay una bonita exposición de fotos de época.

El centro de información turística al menos existe, aunque las dos personas que lo atienden no son las más adecuadas para proporcionarle información detallada. El único interés del lugar: hay un mapa bastante completo de la isla con alguna información práctica, que se vende más barato que en ningún otro lugar. Una de las empleadas chapurrea el francés.