Diversión y salidas Cataluña

Es el bar del Hotel Marina, que está abierto desde 2015 y se ha convertido en el más nuevo de esta zona. Situado en una calle que conduce a la playa, ofrece un menú casi exhaustivo de cócteles y licores clásicos. Todo lo que tendrás que hacer es instalarte en un bonito espacio semiabierto con paredes blancas y cómodos sofás de cuero y acompañar las bebidas con unas tapas caseras. Depende de ti ver entonces, si como Un singe en hiver en una película de Henri Verneuil, estas diferentes bebidas te transportarán a El Cairo.

Situado en un callejón cercano al Palau de la Música Catalana, un emblemático edificio de 1650 alberga este centro social y cultural, dedicado a las artes escénicas contemporáneas, su creación, promoción y difusión. Los numerosos visitantes del edificio aprecian especialmente el ambiente romántico de su terraza ajardinada, tan poco frecuente en la ciudad. Aquí, en este singular teatro, además de asistir a las representaciones de pequeñas compañías locales e internacionales, una multitud de estudiantes se recrean con unas cervezas.

He aquí el lugar perfecto para tomar un cóctel al final del día: desde la terraza del Dirty Flamingo, ¡la puesta de sol es sensacional! Nacido en 2023 del deseo de crear un chiringuito más urbano y de moda, el proyecto ha sido todo un éxito. Hay que decir que la ubicación -en el muelle, junto al hotel W, al final de la playa de la Barceloneta- es excepcional En la carta, cócteles frescos para saciar la sed, una colección de sangrías de calidad y licores selectos. Un lugar de moda para pasear al atardecer.

Es uno de los ejemplos más importantes del Modernismo catalán y Patrimonio de la Humanidad El Palau, obra maestra del arquitecto Lluís Domènech i Montaner, fue construido entre 1905 y 1908 por encargo del Orféo Català, el coro sinfónico de la ciudad. Las magníficas vidrieras, las columnas de mosaico y la gran claraboya son verdaderas obras de arte que acompañan conciertos de música sinfónica, clásica, ópera e incluso jazz. No se lo pierda.

Tras abrir sus puertas en 1982, el Sidecar se convirtió rápidamente en un punto de referencia para los sonidos ungerdround. En la Plaça Reial, el local, algo estrecho, es representativo de la oferta musical alternativa: ska, funk, punk, rock, etc. Es un elemento básico de la vida nocturna de Barcelona, donde se reúnen los jóvenes locales y los turistas que buscan diversión. Además de sus conciertos y noches de DJ, el Sidecar también es conocido por sus actividades: exposiciones, teatro, cine, gastronomía, etc.

A pesar de que parece estar abandonado, este establecimiento atrae a turistas y lugareños por igual. Sus estanterías polvorientas y su techo desvencijado te transportan a un bar bohemio del siglo XIX, que tuvo su apogeo cuando lo frecuentaban Hemingway y Picasso. Si todavía no está convencido, se sentirá mucho más cómodo después de un vaso de absenta, la especialidad de la casa ¿Sacará el "hada verde" el artista que hay en ti?

Perfecto para una noche con amigos si buscas algo diferente en el centro de la ciudad. Este cálido y acogedor establecimiento ofrece una carta llena de platos mexicanos para acompañar diferentes cócteles. Entre las especialidades, prueba los tomates verdes fritos, los Nachos con todo o la deliciosa Hamburguesa Margarita. Por último, para amenizar la velada, pruebe su cóctel estrella, el Margarita Blue, que le dejará sin palabras. Si se encuentra en la zona el fin de semana, no deje de pasar por allí y disfrutar de la música en directo.

Esta preciosa bodeguita data de 1954 y todavía lleva el nombre de su primer propietario, el Sr. Quimet. En 2010, el bar fue adquirido por los hermanos Montero, que han sabido mantener el ambiente familiar y rústico tan apreciado por los clientes. Las paredes están llenas de botellas de vino y recortes de periódicos que cuentan, pieza a pieza, la historia de este bar donde, además de una buena bebida, se pueden comer deliciosas tapas de embutidos y conservas locales. Tómese su tiempo y disfrute del hecho de que están abiertos todos los días.

Es sin duda el lugar más animado de Figueres. A pocos pasos de las ramblas, este gran espacio ocupa casi toda la manzana entre dos calles. Pero ha sido capaz de organizar sub-áreas, con pequeñas mesas, taburetes alrededor de la barra, esquinas para reunirse con los amigos. Es apreciada en primer lugar por su cerveza elaborada en el local, con un depósito visible en el sótano, pero también por sus tapas tan frescas como múltiples: ostras, gambas, croquetas, mini brochetas de atún, salmón o sepia, pequeñas empanadas, etc. Se recomienda el paso.

Este hermoso lugar, con su arquitectura nazarí del siglo XV, es el escenario perfecto para disfrutar de un espectáculo de flamenco y una buena comida. Representando el patrimonio histórico del flamenco desde 1970, la dirección busca preservar este arte de la forma más natural posible. Aquí actúan grandes bailarines, guitarristas y cantantes, así que asegúrese de consultar el programa si no quiere perdérselos. El restaurante ofrece más de 44 platos, incluyendo paellas, opciones vegetarianas y veganas, que puedes acompañar con una deliciosa sangría.

Desde 1929, este restaurante-café neoclásico ofrece un elegante lugar de descanso a quienes lo visitan. Puede visitarla a cualquier hora del día: siempre encontrará lo que busca. Invite a su pareja a desayunar en la terraza y pruebe su famoso chocolate caliente y sus churros, que son un éxito para todos. A última hora del día, es el escenario perfecto para un buen whisky. Si quieres pasar una tarde agradable, pregunta por sus encuentros literarios o actuaciones musicales.

En este templo de los tablaos, situado en el 'Poble Espanyol', vivirás una experiencia flamenca totalmente auténtica. Construido en homenaje a la mítica Carmen Amaya, podrá disfrutar de la gastronomía tradicional española mientras asiste a un impresionante espectáculo de danza flamenca con músicos, cantantes y bailarines profesionales que no le defraudarán. Consejo inteligente: antes de cenar, dé un paseo por el Poble Espanyol, donde conocerá la riqueza y diversidad de la arquitectura típica del país.

Se trata de un ambicioso proyecto que nació en 2012. L'Ocaña es un café con terraza, un restaurante y un club, todo en uno. El local, situado bajo los soportales de la Plaça Reial, es un buen ejemplo de la libertad heredada de José Pérez Ocaña. En los años posteriores a la dictadura, este pintor barcelonés sí había reivindicado los derechos de los homosexuales. No era raro verle pasearse vestido de sevillano, con un abanico en la mano. Con el mismo espíritu, la extravagancia está siempre a la orden del día en esta dirección.

Este bar restaurante ofrece platos americanos copiosos, en un ambiente cosmopolita y una decoración de guitarras eléctricas y retratos de rock. La multitud de pantallas de televisión dispuestas en altura permite ver los conciertos de diferentes artistas. También es posible instalarse en la terraza rodeada de arbustos y visitar su tienda de ropa en la entrada.

Dry Martini se abre a los cócteles internacionales. Esta coctelería de estilo inglés, con fama de ser una de las mejores, ofrece una amplia gama de bebidas, con o sin alcohol. La carta incluye cócteles excéntricos, algunas innovaciones y, por supuesto, los grandes clásicos, como el Collins o el White Russian. Por supuesto, es el lugar perfecto para tomar un martini seco, pero también puede probar algunos martinis de frutas. Si tiene hambre, pida unas tapas, como croquetas, guacamole o unas ostras de Normandía.

Este café, escondido en medio de un frondoso bosque, abre sus puertas a todo aquel que se encuentre allí y quiera experimentar un mágico cambio de escenario. Es de esperar que aparezcan algunas hadas entre los árboles gigantes que se encuentran junto a las mesas Después de visitar el museo de cera, deténgase para tomar un café o una hamburguesa. Por la noche, pida unas deliciosas tapas mientras mira al cielo. Con los sonidos del bosque, te transportarás a un verdadero cuento de hadas. Una dirección muy original.

Es uno de los hitos históricos del pueblo, que celebró su ochenta aniversario en 2015. Puedes venir a desayunar casi con los pies en el agua, y frente al Cucurucucuc, la pequeña roca en forma de cono que se ha convertido en el emblema de Cadaqués. Los croissants son un poco caros pero deliciosos. Más tarde, pero no hay realmente una hora, también puede venir y probar la especialidad de los pescadores de la región, el crematorio: alcohol de caña, café y azúcar flambeado que querrá acompañar con algunas tapas.