Biarritz, una estación balnearia de la costa vasca que mira hacia el Océano Atlántico, salió de las sombras en el siglo XIX cuando los coronados fueron de vacaciones a tomar las aguas, como nos cuenta su guía turístico. Desde entonces, los atletas han tomado el control. Los entusiastas del surf vienen a Marbella Beach por la poderosa ola, un lugar ventoso que ha hecho de Biarritz la capital europea del surf. Los golfistas también aprecian este destino por el mítico Golf du Phare, diseñado por la colonia británica en 1888, al que se añaden 16 greens en un radio de 100 km. Pero son sobre todo los bañistas los que invaden el lugar en verano y durante todo el año. Con 6 km de playas salpicadas de típicas cabañas de rayas, alternando acantilados, arena, rocas, calas, entre el faro y la playa más grande que se extiende entre Bellevue y el Hôtel du Palais, dos joyas de lo chic y biarritz. Meca de la talasoterapia, Biarritz sigue siendo una bonita ciudad donde es agradable pasear por sus lujosas boutiques en distinguidas terrazas. Se puede caminar hasta el pintoresco puerto pesquero, subir a la cima del faro, que se eleva a 73 m para disfrutar de una vista panorámica del océano y de las montañas. También Cité de l'Océanestá el acuario de Biarritz, un museo histórico que se encuentra en la antigua iglesia anglicana, Asiatica, el Museo de Arte Oriental y el Museo del Chocolate, la Iglesia Imperial y las de los ortodoxos. Y mientras los gastrónomos disfrutan de las especialidades vascas y de excelentes chocolates, otros prueban suerte con las máquinas tragaperras.