En todo el mundo, este puerto comercial y pesquero, que gozó de gran prosperidad en los siglos XVII y XVIII, pero al que nada predisponía a su nueva vocación de capital de la jet set, se ha convertido en un mito. Desde su fundación hasta el siglo XXI, la historia de Saint-Tropez está ante todo ligada al mar. Antiguo puerto comercial y pesquero, la ciudad es hoy lugar de encuentro de estrellas y personalidades del mundo del espectáculo. Pero, como le dirá cualquier guía turística de Saint-Tropez, no debe detenerse sólo en esta imagen. La ciudad tiene muchos puntos de interés que ver o visitar: el casco antiguo, construido a partir de finales del siglo XV, con sus numerosas capillas y oratorios (entre los que destaca la capilla de Sainte-Anne), el puerto, con sus terrazas de grandes cafés y los lujosos yates que se mecen en el muelle, la ciudadela, construida por orden de Enrique IV, extramuros, la ciudadela, construida por orden de Enrique IV extramuros para albergar una guarnición de refuerzo que pudiera acudir en ayuda de la ciudad en caso de asedio, y que alberga un museo de historia marítima, el cementerio marino, donde se encuentran las tumbas de antiguas familias de marineros, capitanes de barco, armadores, constructores navales o comerciantes, pero también de artistas famosos... Por último, Saint-Tropez es también una ciudad de viñedos y aceite de oliva donde hay muchas oportunidades para ir de compras. Así que no dude en venir a visitar Saint-Tropez, bonita ciudad provenzal y escenario de la mítica película Et Dieu... créa la femme (Y Dios... creó a la mujer), que puso en primer plano a Brigitte Bardot, musa de la ciudad.