Los mejores restaurantes Ponta Delgada

Antiguamente conocido como A Colmeia (desde hace más de trece años), el restaurante ha cambiado recientemente. Si ya era muy recomendable, la nueva propuesta es igual de audaz y suculenta. Las creaciones culinarias intemporales van de la mano con la innovación en una carta ecléctica que siempre da protagonismo a los productos y tradiciones locales. Es la propuesta de la joven chef Angelina Pedra, vilafranquense, una perla rara que dirige la cocina y que deleitará sus papilas gustativas. Es absolutamente necesario degustar el cráter de lava de piña y chocolate.

Uno de nuestros favoritos. Cocina deliciosa, ambiente tranquilo, magníficas fotos de las Azores en la pared, música suave y, sobre todo, una cálida bienvenida y un excelente servicio. Elidio y João, los dos propietarios del establecimiento, no dejarán de hacerle reír y se ocuparán de usted. También dispondrá de un ordenador con conexión a Internet de forma gratuita y podrá llevarse de recuerdo un DVD con magníficas fotos de São Miguel (por solo unos euros). Por lo que respecta a los platos, le recomendamos el consistente Bife Micaelense (filete con pimientos, huevos, ajo y patatas).

Es el restaurante del hotel Ponta Delgada. La atmósfera es íntima, con luces atenuadas, y la decoración chic, sencilla y refinada, con mesas de madera y sillas de cuero. La carta de vinos es muy completa, con algunos vinos excelentes. En cuanto a la cocina, es delicada y elegante. Sus papilas gustativas se deleitarán, por ejemplo, con el tataki de atún o con un trozo de carne tierna cocinada a su gusto. Los postres son sutiles. El servicio es discreto y los camareros dan buenos consejos. Buena relación calidad-precio.

Decoración sencilla para un restaurante excepcional, con madera clara y salpicada de cojines de colores. Otaka ofrece cocina japonesa de fusión, como el sashimi de pescado de las Azores con salsa de jalapeños... simplemente delicioso. Para los más golosos, un menú degustación permite descubrir todo el talento del chef en cuatro entrantes, un plato principal y un postre. Puede añadir la carta de vinos, que ofrece una copa adaptada a cada plato. Un lugar excelente y muy popular donde es necesario reservar.

Muy popular entre los lugareños, que se mezclan con los visitantes en un ambiente animado. A Tasca ofrece sabrosos platos típicos, pescado fresco a la parrilla y especialidades portuguesas en forma de tapas. En el nivel inferior se encuentra la gran sala del restaurante, que a menudo está repleta, y en el piso superior, un bar para saciar la sed. Buena relación calidad-precio para esta taberna sencilla y auténtica. Se recomienda reservar, aunque es difícil que le cojan el teléfono (el restaurante está tan lleno que casi nunca contestan).

Pequeño restaurante con especialidades de pescado y marisco. Sin embargo, como aperitivo se recomienda la morcilla a la parrilla con piña. Como plato principal, los sabrosos calamares a la parrilla o el pescado fresco del día son deliciosos. Para los amantes de la carne, sirven escalope de pollo a la parrilla. No hay que perderse la ensalada Super Prato, hecha, entre otros, con queso de São Jorge. Amplia selección de postres. Servicio atento y menú plurilingüe. Es simple, local y de precio razonable. A destacar los hermosos platos de cerámica.

Este pequeño restaurante vegetariano dirigido por Catarina es toda una agradable sorpresa. La fantástica mezcla de ingredientes hará las delicias incluso de los no vegetarianos. Los platos se acompañan con una ensalada o unas deliciosas verduras frescas. El tofu de mango con salsa de jengibre y menta es simplemente divino, sin olvidar los postres (el mousse de chocolate tiene mucho éxito) y la carta de vinos. Las porciones son generosas. Resaltar también la música de fondo, la decoración de las paredes y sobre todo la hospitalidad del personal, que es todo sonrisas. Un establecimiento que no puede perderse.

Su bonita fachada de cerámica y su interior típico (notar los pilares de piedra volcánica) inspiran inmediatamente la extraterriticidad afectiva. ¡Buena picadura! Abierto en julio de 2013, este restaurante propone especialidades regionales bien cocinadas por unos precios muy razonables: Por 8 euros, el menú del día incluye un plato (pescado o carne), una bebida y el pan. Cuando hace buen tiempo podrás comer fuera, en el callejón. 

Un ambiente mexicano un poco fuera de lugar. La decoración es cálida e intimista. En la cocina y en los platos, todos los imprescindibles de la comida mexicana: fajitas, burritos, tacos... Un poco de exotismo latino. Aunque nos encanten las especialidades portuguesas, es un cambio. Lo que no cambia son las cantidades, que son tan abundantes como siempre. Los cócteles son buenos, con una mención especial para el margarita de piña. El servicio es amable y jovial, con el ofrecimiento de un tequila como digestivo.

Esta singular tienda de comestibles se instaló en lo que fue, después de su apertura en 1904, una tienda de telas y sombreros importados directamente de París. Sus hermosas vitrinas de madera contienen bonitas decoraciones que se mezclan con artesanías y productos locales. Unas pocas mesas en este encantador entorno le dan la bienvenida para disfrutar de pasteles caseros (el pastel de chocolate es uno de los mejores que hemos probado), galletas, queijadas y otros dulces presentados bajo una campana de cristal. Un lugar encantador que apreciamos mucho.

Ambiente clásico, chic y acogedor en este restaurante tradicional portugués. En la carta hay platos típicos portugueses de carne y pescado, como arroz con pato o pulpo al horno, pero también platos vegetarianos y una carta de postres muy agradable. El carpacho de piña o la ensalada de frutas con salsa de jengibre son una auténtica delicia. Lejos de la tradicional cantina portuguesa, aquí los platos están muy bien presentados y la cocina es muy refinada. El restaurante sigue siendo muy barato, lo que lo convierte en una excelente opción.

Se trata de una sala muy pequeña en un sótano abovedado, que suele estar a rebosar. Las mesas están aún más juntas que en un restaurante de menú. A veces incluso le pueden pedir compartir la mesa con otros clientes. Pero la comida es tan sabrosa que nadie se lo quiere perder. Como habrá intuido, es mejor reservar con varios días de antelación. Disfrutará con el atún o incluso con los raviolis. La carne también es deliciosa y está perfectamente cocinada. Buena carta de vinos.

El restaurante del hotel Talisman es sin duda uno de los buenos locales de Ponta Delgada. El bufé del desayuno, que se puede tomar en la terraza, es completo y copioso. Pero son sobre todo los numerosos pescados y mariscos de la zona los que le encantarán, en un entorno agradable, junto a la galería de la que dispone el restaurante. Los platos son bastante abundantes. La comida se acompaña a veces de un pianista y un cantante encantadores (por la noche). Recuerde reservar el fin de semana.

Un lugar magnífico para disfrutar de tapas y cócteles. En un marco original con toques japoneses, el ambiente y el servicio son ante todo acogedores. En la hermosa terraza iluminada o en el comedor, las grandes mesas comunales dan rienda suelta a nuevos encuentros y discusiones. Es una oportunidad para disfrutar de una comida juntos, en buena compañía. Los más tímidos también pueden disfrutar de zonas más privadas. Aquí se puede disfrutar de una variedad de refinados petiscos y buenos cócteles. Un lugar sin igual.

Este pequeño y discreto snack bar sirve buena comida local. Situado en pleno centro de Ponta Delgada, es ideal para una comida sencilla entre azorianos. Es popular y acogedor, y los platos son abundantes y deliciosos. Las chuletas de cerdo cocinadas con ajo y pimientos son especialmente sabrosas La acogida es cordial, el servicio rápido y la comida casera. Saldrá de este pequeño establecimiento lleno y satisfecho. Amplio horario y excelente relación calidad-precio.

Un restaurante chic con una refinada decoración. Los asientos son de terciopelo gris y el ambiente sobrio y romántico, con una pequeña vela en cada mesa... Le aconsejamos que venga por la noche. La música acompaña la comida. El servicio es discreto y profesional. Todo comienza con sabrosos aperitivos, luego desfilan los platos, bellamente presentados, delicados y refinados. Los productos locales —queso de São Jorge, pescados...— son sublimes, sutiles y cuidadosamente cocinados. Una excelente opción.