Qué ver y hacer Tartu

En la época soviética, esta "fábrica de electrodomésticos" (traducción de Aparaaditehas) no sólo fabricaba frigoríficos, sino también piezas para submarinos, entre otras cosas. ¡Buena tapadera! Hoy, este complejo industrial renace como Ciudad Creativa, siguiendo el modelo de Telliskivi, en Tallin. Alrededor de un patio adornado con frescos, encontrarás galerías de arte, talleres de artesanos y diseñadores, cafés y restaurantes, y una imprenta (el gato mascota se llama Gutenberg). ¡Un lugar realmente genial!

¿Harto de edificios antiguos? Entonces venga a descubrir el encantador barrio de Karlova. Karlova, un auténtico pueblo, creció en los siglos ^XIX y ^XX en los terrenos de la casa solariega del mismo nombre. La casa solariega aún existe, en 2B Salme, pero no se puede visitar. Las casas se construyeron casi exclusivamente de madera, para los estonios, a lo largo de calles bordeadas de castaños y tilos. Barrio bohemio por excelencia, puede visitarse a través de las obras de arte callejero diseminadas por sus calles (www.visitestonia.com/en/street-art-tour-in-karlova-1).

Auténtica joya de verdor, este jardín fue creado hace más de doscientos veinte años para la universidad por dos botánicos: Karl Friedrich von Ledebour y Alexander von Bunge. Esto lo convierte en el jardín botánico más antiguo de los países bálticos, y sigue siendo un lugar de estudio. Flores, árboles y arbustos están dispuestos en distintas zonas (según el tipo de planta, el clima, etc.) donde se puede disfrutar de un agradable paseo. El estanque, embellecido por una isla con cenador, es especialmente romántico. La entrada a los invernaderos, que albergan plantas desérticas y tropicales, es de pago.