FORTALEZA DE RUMELIA (RUMELI HISARI)
Se trata de una fortaleza que no destaca en nada, excepto por su aspecto imponente. Su encanto viene sobre todo por su ubicación de ensueño a orillas del Bósforo. Ascienda los 57 metros de altura de la torre Zağanos para poder admirar todo el Bósforo. Incluso el fuerte viento no desmerece dicho placer. Los muelles son encantadores con sus pequeños cafés y restaurantes para recargar pilas.
En 1452, el sultán Mehmed II el Conquistador estaba decidido a hacerse con la irreductible Constantinopla. Desde hacía años estaba desarrollando un vasto plan de conquista, que incluía el diseño sin precedentes de cañones superpoderosos. No podía dejar nada al azar, especialmente en lo referente al estrecho del Bósforo, por donde podría llegar la ayuda de una flota cristiana desde el mar Negro a través del Danubio. Así que el propio sultán diseñó los planos de esta fortaleza, en cuya construcción empleó a más de 3000 obreros, que trabajaron día y noche. En cuatro meses y trece días apareció una fortaleza de 250 metros de longitud. Fue erigida frente a una fortaleza anterior (Anadolu Hisarı) en la zona más angosta del estrecho, donde la navegación es más peligrosa debido a las corrientes. Constantino XI Paleólogo Dragasés, sin saber aún que pasaría a la historia por ser el último emperador de Bizancio, sería su contrincante. Pero esta historia tampoco está exenta de la leyenda. Bizancio era conocida por su maestría en el arte de la negociación, una tradición ancestral que la había salvado de muchas amenazas. Poniendo sus actividades de caza como excusa, el sultán pidió permiso a Constantinopla para construir un pabellón donde ahora está la fortaleza. El emperador aceptó la petición, pero con la condición de que fuera de un tamaño en concreto: la superficie de una piel de buey. El sultán asintió con la cabeza: cortó la piel en tiras muy finas y las fue poniendo una tras otra para delimitar el espacio. Así, pues, el sultán salió victorioso tanto en la realidad como en la leyenda y consiguió la caída de Bizancio, sin que realmente la fortaleza jugara ningún papel. Muy poco después se utilizó como prisión. Los caballeros de Malta fueron sus primeros inquilinos. Con el tiempo, fue abandonada a su suerte, aunque una población ocupó sus instalaciones. Restaurada entre 1953 y 1958, se convirtió en museo y sala de conciertos. Cuenta con diecisiete torres y cinco puertas. En el interior del recinto amurallado, que alberga un jardín en la actualidad, se exhiben cañones otomanos y europeos, así como trozos de la cadena que servía para cerrar el Cuerno de Oro a la navegación como parte del sistema de defensa bizantino.
L'entrée coûte dix tl. Et ça vaut vraiment le coup de faire un passage par là. Lieu très tranquille, vert. Une fois qu'on monte au sein de la fortification, il y a des bancs avec une vue époustouflante sur le bosphore. A ne pas manquer.
Il est intéressant dy découvrir l'arène construite plus récemment... et on n'a malheureusement plus le droit de grimper sur les fortifications, ce qu'on pouvait faire avant.