2024

MUSEO DEL PUEBLO DE BANAT

Museos
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A las afueras de la ciudad, este museo al aire libre, creado en 1971, expone edificios y casas de granja típicas del siglo XIX, pero también herramientas de todos los rincones de Banat, así como una granja y molinos de agua y viento. El complejo, organizado según la disposición de los pueblos de la época, incluye todas las instituciones tradicionales: ayuntamiento, escuela, iglesia... Para llegar a él, tome el autobús nº 46 desde la estación del Bastión.

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2024

MUSEO DE ARTE

Museos

Ocupa el Palacio Barroco, uno de los edificios más notables de Union Square. Construido en 1754, sus interiores restaurados son extremadamente elegantes, con sus soberbias puertas de madera tallada y paredes con numerosos ornamentos rococó o neorrenacentistas. Las cinco exposiciones permanentes del museo están dedicadas a la pintura antigua y los iconos de Banat, el arte rumano moderno, el famoso pintor Corneliu Baba y el arte europeo. El museo también acoge interesantes exposiciones temporales y diversos actos culturales.

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2024

MUSEO DEL CONSUMIDOR COMUNISTA

Museo especializado

He aquí un lugar que no hay que perderse en Timișoara: en 2009, el teatro independiente Aualeu se hizo con una vieja casa, un poco alejada del centro, para albergar su pequeño espacio de espectáculos, un bar llamado Scârț y, desde 2015, un museo del Consumidor Comunista. Es una especie de cueva de Alí Babá, llena de objetos cotidianos emblemáticos de aquella época. Al darse cuenta de que muchos de estos objetos estaban destinados al cubo de la basura, el equipo de Aualeu se lanzó a rescatar algunos de ellos, donados o rescatados a diestro y siniestro, con el objetivo de preservar la memoria popular de este periodo. No se trata de nostalgia política, sino de una evocación de la infancia y la vida familiar bajo el comunismo. En el sótano se han reconstruido tres habitaciones: un salón, una cocina y un dormitorio infantil. Verás viejos aparatos de radio y televisión, botellas para hacer agua con gas, vajillas, juegos, muñecas, material escolar, revistas Disney (de la época en que el régimen era un poco más abierto), juegos de etiquetas de estaño, carteles de propaganda y una gran colección de baratijas de porcelana (un regalo muy común en la época, debido a la falta de elección). No dude en pedir explicaciones al personal, de lo contrario podría sentirse un poco desamparado entre tanta baratija. El bar, con sus estanterías repletas de libros antiguos, futbolines retro, retratos de época y cuadros kitsch, es una buena manera de impregnarse del espíritu del lugar.

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