Restaurantes cocina del mundo Galway

Este Sheridans Cheesemongers está situado justo al lado de la iglesia de San Nicolás. En la planta baja está la tienda (que puede envasar al vacío antes del avión de vuelta a casa) y en la primera planta está el bar de vinos del mismo nombre. Las grandes mesas de madera a lo largo de las ventanas permiten ver el espectáculo del mercado el fin de semana mientras se disfruta de un agradable plato de charcutería o queso, acompañado de una buena copa de vino... Un placer poco exótico, pero tan agradable... Aviso a los epicúreos!

Situado a orillas del agua en un antiguo molino, Il Vicolo es un local con mucho carácter, con piedra vista y, sobre todo, con una comida excelente. Es probablemente el mejor restaurante italiano de Galway, con platos auténticos que son un placer comer, y deliciosos cicchetti además de una excelente selección de vinos elaborados por el epicúreo propietario Gerry McMahon. Y, como todo buen italiano, sus cafés también son deliciosos. Para los amantes de los espressos humeantes y los capuchinos cremosos

Durante cuatro generaciones, éste ha sido el lugar al que acudir en Galway para los amantes del pescado, el marisco y todos los sabores del mar. El restaurante tiene dos zonas diferentes: una de fish and chips (para comer en el restaurante o para llevar) y otra en la que se ofrece pescado del día y una amplia variedad de marisco (ostras, mejillones, salmón, cangrejo, merluza y mucho más), todo recién pescado, por supuesto. En resumen, la comida es buena y el ambiente agradable.

Propiedad de los hermanos Sean y Marco Magnetti, esta trattoria fue creada originalmente por sus padres en Cross Street en 1989, y trasladada a Quay Street en 1994. Por aquel entonces se llamaba Pasta Mista, en referencia a la pasta fresca que preparaba la familia, una tradición que sigue muy viva hoy en día. De hecho, aún se pueden encontrar recetas de los inicios. Pasta casera (opción sin gluten), panini de focaccia, raviolis frescos y pizzas elaboradas con masa fermentada durante 72 horas forman parte de la carta de este encantador restaurante familiar. El equipo es atento y los precios justos.

Es el lugar ideal para tomar el brunch Locales y visitantes hacen cola temprano, ya que el establecimiento no acepta reservas, excepto para las cenas de viernes a domingo. La dirección reconforta con su decoración bohemia, su suave lista de reproducción, sus bonitos cuadros y su árbol luminoso. En la carta, un copioso desayuno tradicional y sabrosos platos europeos (opción vegetariana) elaborados con productos locales de la granja de los propietarios. El pan es casero, al igual que el café, tostado en la granja.