Qué ver y hacer Chinguetti

Para tratar de imaginar cómo podría haber sido esta ciudad, es necesario deambular por las estrechas calles de Chinguetti, encenagadas y obstruidas por el pedregal. Se respira Chinguetti mientras se pasea por ella, se mide la amenaza del peligro que acecha al pueblo cuando uno se topa con las dunas del Erg Ouarâne en la esquina de una calle. En este laberinto, a la vuelta de una casa, aparecen unas cabras, como para indicarte el camino. No se deje engañar por el exterior de las casas, algunas siguen ocupadas en julio y agosto para la Guetna, la fiesta de los dátiles.

La mezquita de Chinguetti es un magnífico edificio de piedra seca, restaurado en numerosas ocasiones. Es uno de los pocos edificios del casco antiguo que se conservan intactos, ¡y con razón! Desde lejos se puede ver su característico minarete, que servía de punto de referencia para los fieles que regresaban de la peregrinación a La Meca. La mezquita se fundó en el siglo ^XIII, y se dice que su minarete es el segundo más antiguo del mundo aún en uso Las cuatro esquinas de su torre terminan en pinchos en los que se empalan huevos de avestruz.

El cemento mauritano, también llamado banco, se utiliza como aglutinante en la construcción de viviendas. En Chinguetti, se extrae desde hace siglos de una mina situada a menos de un kilómetro al sureste de la ciudad. Las galerías subterráneas tienen varios centenares de metros y se accede a ellas descendiendo hasta el fondo de un pozo agarrado a una piel de animal. Obviamente no es fácil, pero el descubrimiento de estas galerías laberínticas es asombroso. Tienen varios metros de altura en algunos lugares y apenas dejan espacio para gatear en otros.

Más bien deberíamos hablar de los edificios del fuerte, ya que se trata de un conjunto de varias construcciones que constituyen la antigua guarnición francesa en la época de la colonización. En enero de 1909, Chinguetti cayó en manos de los legionarios franceses que, 10 años más tarde, construyeron el fuerte Claudel en honor de uno de sus comandantes. El edificio más importante del fuerte está formado por imponentes pilares que sostienen hermosas arcadas. El puesto Claudel, rehabilitado en 1983, es testimonio del patrimonio arquitectónico colonial de Mauritania.