Qué ver y hacer Lucerna

Existe desde 1959 y es uno de los museos más populares del país El Museo Suizo del Transporte presenta la historia de la movilidad y la comunicación a través de exposiciones, terminales interactivos y películas. Alberga más de 3.000 objetos en más de 20 hectáreas, que evocan la historia del transporte por carretera, ferrocarril y agua, en el aire y en el espacio. Un simulador de tren permite meterse en la piel de un maquinista de locomotora.

Este puente cubierto de madera de 204 m de longitud es el símbolo de Lucerna Fue construido en la primera mitad del siglo ^XIV y toma su nombre de la cercana capilla de San Pedro. Desde el siglo ^XVII, su armazón está decorado con numerosas pinturas que representan escenas de la historia del país, así como a los santos patronos de la ciudad, San Leodegar y San Mauricio. En medio del puente, deténgase a admirar la torre de agua, utilizada en su día como prisión y cámara de tortura.

Un crucero por el lago de Lucerna es imprescindible y todas las estaciones del año aportan sus propios atractivos. Además del simple placer de navegar y disfrutar de las magníficas vistas de las montañas y la ciudad (¡las luces de la ciudad por la noche son deslumbrantes!), existe la ventaja añadida de conectar zonas interesantes sin necesidad de coger el coche. Con sus cinco históricos barcos de ruedas de paletas y sus quince elegantes barcos a motor, viajará en el tiempo y llegará a los destinos turísticos más importantes de la región.

El edificio original, parte de un monasterio, data del siglo XIII y fue construido en estilo románico. En 1561-1562 se amplió y se reconstruyó casi por completo, esta vez en estilo gótico. Luego fue remodelado varias veces, en estilos renacentista, barroco y rococó. Fíjate en las pinturas de las banderas, que ilustran las conquistas de la ciudad de Lucerna durante su máxima expansión. Esta orilla es también una oportunidad para ver y fotografiar los muelles de la orilla derecha. El Kapellbrücke es el enlace entre las dos orillas.

Es un parque, un museo y un oasis de calma, todo en uno. Aquí nos enteramos de que las grandes simas glaciares demuestran que hace 20.000 años, durante la última edad de hielo, Lucerna estaba cubierta por glaciares. Los fósiles de conchas y hojas de palmera demuestran que hace 20 millones de años la región de Lucerna era una playa de clima subtropical. El Jardín del Glaciar también cuenta con el relieve alpino más antiguo, obra de F. L. Pfyffer von Wyher, y un laberinto de espejos al estilo de la Alhambra de Granada.

El palacio data de 1557, de ahí su estilo renacentista italiano. Fue iniciada por Luzius Ritter, que se enriqueció con sus tropas mercenarias, y completada por la ciudad tras su muerte. En 1577 fue entregada a los jesuitas, que construyeron una iglesia y un colegio en las cercanías. Cuando fueron desterrados, el gobierno ocupó el palacio en 1804. A su vez, completó el complejo en 1841-1843 con una sala semicircular, y luego con otras construcciones en las décadas siguientes. En la actualidad, el palacio es la sede del gobierno cantonal.

El Museo de Historia Natural de Lucerna es un museo vivo e interactivo situado no lejos del río Reuss, en la plaza Kasernenplatz. Las exposiciones permanentes "Ciencias de la Tierra", "Biología" y "El maravilloso mundo de los insectos" ponen de relieve la biodiversidad de la Suiza Central y se centran en su historia y prehistoria. Estas exposiciones permanentes se reparten en tres plantas y se complementan con atractivas exposiciones temporales. Una visita obligada para toda la familia.

Ubicado en el imponente Palacio de Cultura y Congresos (KKL) diseñado por el arquitecto francés Jean Nouvel, este museo de bellas artes ocupa la última planta. Abarca un periodo pictórico que va desde el siglo ^XVI hasta nuestros días, con especial atención a los paisajes suizos^{del siglo XIX} , una colección expresionista y arte contemporáneo. Con una superficie de 2.100^m2, el museo ofrece tres exposiciones al mismo tiempo en una escenografía moderna con una iluminación sofisticada.

Los pioneros hicieron posible llegar al Stanserhorn mediante la construcción de un ferrocarril, inaugurado el 23 de agosto de 1893. El primer teleférico de Kälti se inauguró en mayo de 1975. Desde entonces, el teleférico se ha ido modernizando continuamente, con el único objetivo de que los aficionados a la montaña puedan disfrutar de su belleza (vistas de diez lagos y nada menos que 100 km de cadena alpina). Para llegar a la cima, puede utilizar el antiguo funicular o la telecabina Cabrio. Ya que está allí, disfrute de un almuerzo en el restaurante giratorio Rondorama.