Guía de viaje Wolmar

Wolmar, a menudo asociada a la ciudad de Flic en Flac, es una prolongación de esta última, en primera línea de playa. Adornada con arbustos en flor, la carretera costera discurre recta durante dos kilómetros y termina en un callejón sin salida en la bahía de Tamarin. A lo largo del litoral, a unos cientos de metros de Flic en Flac se produce un cambio radical de espíritu y ambiente: el bullicio popular y ligeramente caótico es sustituido por un universo tranquilo y selecto. Aparte de Cocoon At Home, no hay boutiques, ni centros de ocio a pie de calle, ni cafés o restaurantes... o mejor dicho, sí los hay, pero son de categoría, en los paraísos del lujo refinado que son los hoteles de 4 y 5 estrellas que bordean el litoral casi sin interrupción. Si su presupuesto es limitado, no se atreva a salir si no es para una ocasión especial, teniendo en cuenta que los restaurantes y bares de los hoteles están abiertos a todo el mundo, previa reserva. La magnífica playa se extiende a lo largo de 2 kilómetros, a la sombra de frondosos cocoteros, y nuestra preferencia es la playa del hotel La Pirogue. Como por arte de magia, el conjunto del lugar es también más pintoresco. Más bello que desde los arenales de Flic en Flac, la vista del océano se abre a bahías y montañas, incluida la eminencia de Le Morne, que se alza a lo lejos contra el telón de fondo como un telón de fondo magistral...