El destino evoca inmediatamente el famoso festival Printemps de Bourges, pero también cuenta con varias atracciones turísticas, como la catedral de Saint-Etienne, joya clasificada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, el flamante Palacio Jacques Cœur del siglo XV, que conserva la memoria de este Berruyer que llegó a ser la persona más rica e influyente del reino, y las marismas. Esta ciudad de provincias le invita a una estancia tranquila y cultural. Podrá pasear por los jardines o hacer un picnic a orillas de las marismas. La zona de las marismas, a tiro de piedra del centro de la ciudad, es una de las características más notables de la ciudad. Se trata de un pequeño paraíso de verdor y calma, en una antigua zona pantanosa atravesada por el río Yèvre, donde se ubican 135 hectáreas de huertos que constituyen una de las últimas huertas del país. En verano, los amantes de los jardines de flores estarán encantados de descubrir el jardín del Prés Fichaux, con sus esculturas vegetales y parterres, así como el jardín arzobispal y el jardín de la ciudad, un jardín a la francesa a los pies de la catedral, ricamente decorado con flores y dotado de un encantador quiosco. Bourges es también una ciudad de museos: Museo de Historia Natural, Museo de los Mejores Trabajadores de Francia, Museo de la Resistencia y la Deportación, Museo de Berry, Museo Estève, etc. Por último, Bourges, ciudad epicúrea, le ofrece sus buenos restaurantes, sus animados bares, sus famosos pubs y los viñedos de los alrededores. Descúbrala con su guía turístico.