Está usted en el Sur de Borgoña y, para situarnos, bastan algunas cifras. Saône-et-Loire cuenta con unas 250 iglesias y capillas románicas, 190 castillos, desde fortalezas feudales a casas de campo y castillos renacentistas, de los cuales una treintena son visitables, 100 museos, 7 grutas y yacimientos arqueológicos, sin olvidar un notable patrimonio industrial. No hay que perderse: Paray-le-Monial y su basílica del Sagrado Corazón, los castillos de Cormatin, Sully y Brancion, las abadías de Cluny y Tournus. Saône-et-Loire es también Chalon-sur-Saône y Mâcon, dos bellas ciudades a orillas del Ródano, mesas gastronómicas y excelentes vinos, pero también un territorio de saber hacer. Emprenda la ruta de las fábricas y talleres, empresas patrimoniales, fábricas de calcetines, de chocolate o puros, de loza o perfumerías.
Venga a hacer senderismo por el camino de los navegantes, en el bocage, los viñedos o el sotobosque, venga a navegar por el Saona, el Seille o el canal de Roanne a Digoin, venga en familia a visitar los parques temáticos y aproveche las actividades dedicadas a los niños. Para seguir con las cifras, este país cuenta con treinta denominaciones de origen de vinos AOC y otras AOP, aves de corral de Bresse, quesos de cabra de Mâconnais y Charolais, ternera de Charolles, mantequilla batida de Bresse y nata de Bresse. ¡Cuántas cosas buenas! Por último, este departamento alberga la roca de Solutré, uno de los principales yacimientos de Francia, un lugar prehistórico, paisajístico y vitícola de la región de Macônais que atrae a numerosos visitantes.