Les montagnes de Santa Marta ont servi de décor au film The Lost City of Z © benedek - iStockphoto.com .jpg

Historia del cine colombiano

Como en muchos países centroamericanos, el cine llegó muy pronto a la historia de Colombia. Ya en 1897, las primeras proyecciones del cinematógrafo de los hermanos Lumière tuvieron lugar en Bogotá y Colón, mientras que los representantes de Edison distribuían vitascopios y kinetoscopios por todo el país. La tumultuosa situación de principios de siglo, marcada por la Guerra de los Mil Días, frenó la incipiente producción nacional. La producción se reanudó en la década de 1910, cuando florecieron los cines. En Bogotá, se inauguró en 1912 el Teatro Olympia -hoy destruido-, una enorme sala de 5.000 localidades. A principios de los años veinte, los cineastas Alfredo del Diestro y Máximo Calvo Olmedo rodaron el primer largometraje colombiano de ficción, sobriamente titulado María (1922), iniciando una época de esplendor para la producción colombiana. La llegada del cine sonoro y la creciente competencia de las producciones mexicanas y hollywoodenses complicaron enormemente la situación de la industria en las décadas siguientes, a pesar de los repetidos intentos de reactivar los estudios nacionales. No fue hasta principios de la década de 2000 cuando el cine colombiano empezó a recuperarse, gracias a una ayuda estatal estructurada y eficaz. No obstante, ha habido algunas películas destacadas del siglo XX, como La langosta azul (1954), coescrita por Gabriel García Márquez y Enrique Grau, el documentalNuestra voz de la tierra, memoria y futuro, de Jorge Silva y Marta Rodríguez (1982), premiado en Cannes, o La estrategia del caracol (1993), de Víctor Cabrera. Son obras que retratan la realidad de la sociedad colombiana de su tiempo.

Una nueva generación de cineastas está dando ahora al cine colombiano sus cartas de nobleza. El abrazo de la serpiente (2015), de Ciro Guerra, inspirada en el chamanismo indígena, te adentrará en las densas selvas de los departamentos de Guainía y Vaupés, antes de terminar en los Cerros de Mavecure. La documentalista Catalina Mesa te mostrará las múltiples facetas del pueblo de Jericó en su película L'envol infini des jours (2014), una visión luminosa del pueblo de su infancia, protegido de las guerras y sinsabores que han marcado la historia del país. Finalmente, en Monos (2019), Alejandro Landes entrega una distopía con aires de oscura película adolescente, rodada en el corazón del Parque Nacional Natural Chingaza. Una prueba de que el cine colombiano tiene ahora un brillante futuro por delante.

Colombia, estrella del cine internacional

Más allá de las producciones nacionales, Colombia ha inspirado a muchos cineastas, el más iconoclasta de los cuales es sin duda el director italiano Ruggero Deodato, autor de la terrorífica Holocausto caníbal (1980). Censurada en varios países, la película narra las desventuras de un equipo de rodaje en busca de tribus caníbales, y los descubrimientos de los equipos de rescate mientras intentan localizar al equipo desaparecido. Un monumento al cine de terror y gore, pero no apto para pusilánimes. Los que se inicien en la película reconocerán sin duda la pequeña ciudad de Leticia, campamento base del equipo de rescate enviado por el gobierno estadounidense.

Igual de intrigante, pero menos difícil de saborear, es La Misión , película de Roland Joffé de 1986, que enfrenta a Robert de Niro, Jeremy Irons y Liam Neeson en una historia contra la esclavitud rodada entre Venezuela, Brasil y Colombia. Puede seguir los pasos de estos actores en la Sierra Nevada de Santa Marta, una cadena montañosa del norte de Colombia.

Una región que también acogió La ciudad perdida de Z (2016), de James Gray, protagonizada por Charlie Hunnam, Edward Pattinson y Tom Holland. Una gran película de aventuras teñida de misterio, basada en la historia real del inglés Percival Fawcett, desaparecido en los años 20 mientras buscaba esta mítica ciudad en el corazón de la selva colombiana.

Más recientemente, Colombia ha sido el escenario de la impresionante película Memoria, ganadora del Premio del Jurado en el Festival de Cannes, del cineasta tailandés Apichatpong Weerasethakul (2021) y protagonizada por Tilda Swinton en la plenitud de sus facultades. Rodada entre Bogotá y Pijao, la película nos lleva de viaje por el paisaje colombiano mientras Tilda Swinton deambula en busca de un sonido que sólo ella puede oír. Una obra maestra del cine contemplativo que coquetea con lo metafísico. Entre el ruido y el silencio, lejos de lo metafórico, descubre aquí El olvido que seremos (2021), la adaptación de la novela homónima de Héctor Abad, un homenaje a su padre, médico y defensor de los derechos humanos en la Colombia de los años 70 y 80. Ese mismo año, la película de animación Encanto: La fantástica familia Madrigal (2021), de los estudios Disney, utilizó a Colombia -sin nombrarla- como telón de fondo para su historia del paso de la infancia a la edad adulta, con el telón de fondo de frenéticas canciones que ya se han convertido en favoritas de culto.

En el terreno de las series, es por supuesto la serie Narcos, creada por Carlo Bernard, Chris Brancato y Doug Miro (2015-2017), la que lleva a la pantalla las principales ciudades de Colombia. La serie viaja entre Bogotá, Cartagena, Cali y Medellín tras los pasos del narcotraficante Pablo Escobar.

Otra producción más reciente, La reina del flow (2018-2021), de Andrés Salgado, también hará un recorrido musical por Medellín, mientras que Frontera Verde (2019) nos sumergirá en la selva amazónica, con aires de True Detective.

Ser cinéfilo en Colombia

Con más de 220 salas de cine en todo el país y varios festivales entre Bogotá, Medellín y Cartagena, no le faltarán oportunidades durante su estancia. Además, Colombia cuenta con la mayor pantalla IMAX de Latinoamérica, el cine Procinal de Bogotá. Por último, la ciudad de Cali alberga el Museo Caliwood, dirigido por un entusiasta coleccionista de objetos y carteles relacionados con la historia del cine nacional. Una visita obligada si le apasiona el séptimo arte.