Recuperación de la pandemia

Trinidad y Tobago se vio muy afectada económicamente por la pandemia de Covid-19 a través del sector energético (40% del PIB y 80% de las exportaciones), donde la demanda cayó y la producción se suspendió parcialmente en 2020, el sector turístico (8% del PIB en 2019), y por las estrictas medidas de contención adoptadas para combatir la propagación del virus. La recuperación del sector energético, tanto en volumen como en precios, ha permitido estabilizar la actividad en 2021. Esta recuperación, que ha continuado en 2022, combinada con la relajación de las restricciones sanitarias, se traducirá en un crecimiento cómodo de alrededor del 5% en 2022. Una vez más, la industria petroquímica es el motor de esta recuperación, mientras que el turismo se recupera más lentamente y sigue dependiendo de las futuras restricciones a los viajes.

Estabilidad política

El primer ministro Keith Rowley, líder del centrista Movimiento Nacional Popular (PNM), ha encabezado el gobierno desde 2015 y fue reelegido en las elecciones de 2020 para dirigir el país hasta 2025, con una estrecha mayoría absoluta en el Parlamento (22 de 41 escaños frente a 19 del Congreso Nacional Unido, el partido de la oposición liderado por Kamla Persad-Bissessar, ex primera ministra). En 2022, el gobierno siguió enfrentándose a altos niveles de corrupción, al aumento de la delincuencia y al extendido tráfico de drogas, reflejo de la debilidad institucional del país. Trinidad y Tobago tiene la sexta tasa de criminalidad más alta del mundo, aunque la delincuencia se concentra en zonas concretas del país, sobre todo en los suburbios de Puerto España. La gente está enfadada por este clima de inseguridad, y siente que la policía no hace lo suficiente para proteger a los ciudadanos. También hay tensiones entre los afrotrinitarios, que votan al PNM, y los indotrinitarios, que votan al UNC, pero rara vez degeneran en violencia.

El número de emigrantes venezolanos que intentan escapar de la crisis económica y humanitaria de su país aumenta cada año, pasando de 24.000 en 2020 a 30.000 en 2021, a pesar del confinamiento del país. En respuesta, el primer ministro, fiel aliado de Nicolás Maduro, no duda en deportar a los migrantes, que a menudo llegan en lanchas motoras, y se opone a cualquier nueva apertura de las fronteras con Venezuela.

Inseguridad

La delincuencia y la violencia son un reto persistente para Trinidad y Tobago. Los altos índices de delincuencia violenta y los preocupantes niveles de otras formas de violencia social (agresiones, robos, violencia de género) se concentran principalmente en zonas "calientes" o se dirigen contra miembros de grupos vulnerables. Sin embargo, se ha producido un aumento de los casos de actividad delictiva contra el público en general, por lo que las autoridades de seguridad instan a residentes y visitantes a estar atentos y actuar con precaución en sus actividades cotidianas.

El tema de la inseguridad es clave para los políticos, y el gobierno actual es consciente de ello. Se han tomado diversas medidas, como aumentar los sueldos de la policía y mejorar sus condiciones de trabajo, pero la corrupción suele ser más fuerte y a veces echa a perder los mejores esfuerzos. Afortunadamente, Tobago sigue siendo muy pacífica y se dan muy pocos casos de violencia en este pequeño paraíso.

El poder del turismo para Tobago

A diferencia de su hermana mayor, Tobago carece de riquezas naturales subterráneas, pero afortunadamente es rica en maravillas naturales terrestres y submarinas que sólo esperan ser mejor conocidas por los viajeros de todo el mundo. La THA (Tobago House of Assembly), el equivalente a nuestros parlamentos regionales, lo ha comprendido y ha emprendido una importante revisión de sus herramientas de promoción turística, al tiempo que hace todo lo posible por ayudar a los operadores locales a recuperarse de la crisis económica provocada por la pandemia del Covid-19, habida cuenta de los presupuestos asignados. Varios hoteles cambiaron de propietario durante la crisis, y la oferta hotelera se está renovando a un ritmo vertiginoso. A finales de 2022, dos grandes proyectos de promoción turística estaban en marcha, por iniciativa de la THA: un proyecto de la cadena Marriott (500 millones de dólares), que prevé abrir un gran hotel en 2025 en la costa oeste, y un proyecto de hotel de 126 bungalows en la costa este (350 millones de dólares), junto a la famosa cascada de Argyle Falls. Es seguro que este pequeño paraíso por descubrir dejará de serlo en los próximos años.

Los retos del mañana

Los retos a los que se enfrenta el país no son los mismos en las dos islas. La Trinidad industrial seguirá desarrollándose en el sector petroquímico, y para ello tendrá que hacer frente a una importante renovación de infraestructuras, que requiere inversiones a gran escala que a menudo dependen de los precios del petróleo. Tobago, la isla natural, tendrá que conseguir abrirse al turismo internacional, ayudado por grandes cadenas hoteleras que han visto la oportunidad de invertir en una de las últimas islas salvajes del arco caribeño. Estos desarrollos a gran escala tendrán que respetar la biodiversidad única del país, pero su dualidad es un punto fuerte, y esperemos que los políticos lo aprovechen al máximo para hacer de Trinidad y Tobago el destino caribeño que es.

Otro gran proyecto para el país es la necesidad de una inversión sustancial en seguridad si el gobierno de Trinidad y Tobago quiere mantenerse en el poder a largo plazo. La seguridad es una de las principales preocupaciones de la población local, que no dudará en castigar al partido en el poder si la situación, que se ha deteriorado lentamente en los últimos 10 años, no mejora rápidamente.